Uno de los más grandes miedos de una madre embarazada es perder a su hijo, es por eso que cuando Hayley Scholes (28) comenzó a sangrar a sólo semanas de la fecha programada para que diera a luz, pensó que su pesadilla se estaba haciendo realidad.
La joven ya había sido diagnosticada de placenta previa, un problema del embarazo en el cual la placenta crece en la parte más baja del útero y cubre toda la abertura hacia el cuello uterino o una parte de ésta, de acuerdo a MedlinePlus. Y debido a este problema, la madre se estaba enfrentando a lo peor.
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Tras unos exámenes los doctores descubrieron que el problema era que estaba dando a luz primero a la placenta que al bebé, por lo que la intervinieron ahí mismo para poder realizar una cesárea de emergencia.
“Pensé que mi guagua estaba muerta, que toda esa sangre era porque había sufrido un aborto espontáneo. Ya en el hospital el sangrado no paró hasta las 9.30 de la mañana y después empezaron las contracciones. Tenía pánico porque sabía que aún era muy temprano“, comentó la mujer a The Sun.
A esto agregó: “Llamé a un doctor y cuando él me vio estaba literalmente dando a luz mi placenta. Fue una locura, ellos me llevaron inmediatamente a cirugía. La cesárea salió bien. Willy era tan chiquitita y frágil que la mantuvieron con ventilador en una incubadora por unos tres días“.
La bebé nació con siete meses y medio, pero completamente sana, pesó unos 1,6 kilos. Sin embargo, de igual forma se mantuvo en cuidados especiales por ser prematura.
Cabe señalar, que actualmente la pequeña se encuentra en perfecto estado, y en su casa. “Estamos tan orgullosos de ella. Ha pasado tanto en la vida siendo tan chiquitita, pero al mismo tiempo ha sido genial que estemos todos juntos”, finalizó.