Jessica Bradford (21) quedó infértil tras sufrir cáncer cervical, sin embargo, tuvo la idea de congelar sus óvulos antes de comenzar la quimioterapia para poder tener la oportunidad de tener sus propios hijos en un futuro.
Actualmente, después de tres años de haber luchado contra el cáncer, la joven cumplió su sueño de tener a un hijo. Su madre, Julie, decidió ayudarla usando su propio vientre. De esta manera, dio a luz a su propio nieto gracias a los óvulos congelados de su hija
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Y es que tal como se mencionó anteriormente los médicos fueron los que le dieron la fabulosa idea a la británica, convirtiendo diez de sus óvulos en embriones para luego congelarlos.
Tras dos años luchando contra el cáncer, Jessica y su pareja decidieron que era hora de convertirse en padres, y para cumplir su sueño recurrieron a Julie. Fue así como uno de los embriones fue implantado en el útero de la mujer de 44 años, quien tuvo un sano embarazo hasta el 2 de diciembre, que fue el día donde el pequeño Jack nació.
“Cualquier madre haría algo así por una hija. Nunca se cuestionó desde el día uno. Es un milagro de Navidad para nosotros“, comentó la madre al diario británico Daily Mail.
Por otro lado Jessica declaró: “No lo puedo creer, he pasado de enfrentar a la muerte por el cáncer a enfrentar una feliz Navidad junto a mi hijo, en sólo unos años. Esto te muestra que no importa cómo la vida te desafía, tú jamás debes rendirte porque nada es imposible“.
A esto agregó: “Mi mamá es mi heroína, ella me mostró lo que el verdadero amor significa, nunca podré pagarle todo lo que ha hecho por nosotros (…) Cuando nos enteramos que ella estaba embarazada nos abrazamos y nos pusimos a llorar, fue la experiencia más hermosa que he vivido“, finalizó.
Cabe señalar, que el bebé fue varón y nació completamente sano. Sin duda uno de los mejores regalos que una madre le puede dar a su hija.