Esta es la razón por la que nunca deberías golpear en el trasero a tu hijo
Las posibilidades de que alguna vez hayas recibido una nalgada cuando pequeño, por parte de tus padres o algún familiar, son muchas. Y es que esta forma de castigo ha pasado de generación en generación como un efectivo “remedio” para aquellos que se portan mal, sin embargo, un nuevo estudio sugiere que esa práctica debe terminar ya.
Investigadores de la Universidad de Texas, en Austin, y de la Universidad de Michigan, ambas de Estados Unidos, usaron los datos de más 150 mil niños durante un periodo de 50 años para llegar a una reveladora conclusión: las nalgadas están vinculadas a la agresión, comportamientos antisociales, problemas de salud mental, dificultadas cognnitivas, baja autoestima, entre una serie de otros factores negativos.
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Lo más curioso es que en cuanto a aspectos positivos, no hubo ningún resultado en esa línea, pues se llegó a la conclusión que esta práctica no está asociada a efectos ejemplificadores.
Y la parte más aterradora es que una gran cantidad de niños han sido negativamente impactados por esta forma de castigo, pues según la líder del estudio, Elizabeth T. Gershoff, más de un 80% de los niños que van al colegio, han recibidos nalgadas, al menos una vez. “Para no sentirnos tan mal utilizamos lo de las nalgadas como un eufemismo, pero la verdad es que son golpes igual. No hay forma de definir las nalgadas sin que estén vinculadas a la palabra dolor“, señaló al medio estadounidense CBS News.
La especialista también envió un mensaje para los padres que insisten en señalar que las nalgadas cumplieron su efecto, pues en vez de decir “Nos salió bien gracias a las nalgadas“, la frase debería ser “Nos salió bien a pesar de las nalgadas“, comentó al diario Chicago Tribune.
“Cuando era niña no había cinturones de seguridad en los autos, entonces ¿Tendría que pensar que todo salió bien porque mis padres no me pusieron cinturón? No. Creo que todo salió bien porque tuvimos la suerte de no enfrentarnos a un accidente“, reflexionó la investigadora.
Respecto a lo que deberían hacer los padres, desesperados porque su hijo se porte bien, Gershoff agregó: “La gente creo que si no das nalgadas eres una “presa fácil” o débil, pero puedes ser un padre firme y respetable sin recurrir a aquello. No tienes que golpearlos para mostrarles que tienes poder. En vez de eso, debes dejar claro los límites, ser consecuente y, sobre todo, actuar como un modelo a seguir. El castigo corporal solo les enseñará a tus hijos a tener comportamientos agresivos“.