Texto escrito por Patricia Cisterna
Coordinadora
Enfermería UDD / Concepción

El ombligo es la cicatriz en la zona abdominal que se genera luego de la caída del cordón umbilical. En el adulto no requiere mayores cuidados. Con una buena higiene personal con agua y jabón y un correcto secado del área no deberíamos presentar complicaciones.

A pesar de esto existe un número importante de la población que presenta onfalitis: infección bacteriana aguda que afecta el anillo umbilical.

Lee también: 7 curiosas y espeluznantes cosas que quizás no sabías sobre tu ombligo

Es una enfermedad frecuente en el recién nacido, que se presenta con induración, eritema, mal olor y dolor en la piel, fiebre y en ocasiones está asociado a [rae]exudado[/rae] purulento.

Es por ello que en las primeras semanas de vida se debe tener especial cuidado con el ombligo. Para limpiarlo se recomienda empapar un algodón con alcohol y asear desde la base hacia la punta, eliminando las rótulas. No dejar de lado el correcto lavado de manos.

La onfalitis también afecta a los adultos. Es una enfermedad localizada, de evolución lenta y en ocasiones crónica y se asocia principalmente a falta de medidas de higiene en el área.

Toni Blay (cc) | Flickr
Toni Blay (cc) | Flickr

Síntomas y tratamiento:

Los síntomas de la onfalitis son: eritema en zona del ombligo (enrojecimiento), edema en la zona, calor local y en ocasiones, contenido purulento.

El tratamiento se basa principalmente en mantener adecuadas medidas de higiene en el ombligo junto con tratamiento antibiótico.

En adultos que presenten onfalitis a repetición se deben descartar patologías asociadas, como hernia umbilical o quiste dérmico.

Otra consideración especial para el ombligo es cuando existe un piercing. Este es un accesorio muy común en los jóvenes chilenos. Entre el 10% y 20% de las personas que utiliza uno presenta infecciones asociadas a diferentes microorganismos. La mayor parte de las complicaciones tiene su origen en la falta de medidas higiénicas: durante la instalación, en la limpieza y/o en el cuidado posterior a instalación del accesorio.

Es por ello que se debe escoger un lugar de instalación que certifique adecuadas medidas de higiene, técnica aséptica en la instalación.

Cómo limpiar nuestro ombligo

Alexandria V. Booth, dermatóloga estadounidense, asegura -citada por Cosmopolitan-, que “Doctores han removido de ombligos, residuos que resultaron ser una mezcla de bacteria, mugre, sudor, jabón y crema. (…) Los pacientes van al doctor porque piensan que tienen cáncer de piel, y cuando los analizan, resulta que son años de mugre acumulada“.

Por esto es tan importante la limpieza, para evitar consecuencias desagradables… ¿Pero cómo hacerlo?

¡Fácil! Tal y como señalamos al comienzo de la nota, lo único que debes hacer cuando estés en la ducha es limpiarlo con uno de tus dedos, ayudado de agua y jabón. Además, una vez a la semana deberías usar un algodón empapado con alcohol y asear con cuidado la zona.

Ojo, si tu ombligo es un foco infeccioso, que además emana mal olor, deberías acudir a un médico.