De esas cosas que nos avergüenzan como chileno fue lo acontecido tras dar cuenta que en un almacén de la comuna de Quilicura, un cliente pagara con un billete horriblemente falso.

El problema es que la cajera no se percató al instante de la nula originalidad de la pieza de papel, sino hasta observar en detalle el principal problema que era difícil de notar, puesto que se trataba del sello de agua en el que aparece el rostro de nuestro héroe nacional, Arturo Prat.

Dejando en claro que no tiene dedos para el arte, el encargado de la impresión del billete retrató con un lápiz blanco la cabeza del capitán de La Esmeralda, pero el resultado fue nefasto y horrible, ya que parece dibujo de un niño de jardín infantil.

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El pésimo trabajo de falsificación no dejó de sorprender a personal de Carabineros. “En un billete falso puede que ni siquiera aparezca (el sello de agua), pero en ocasiones el falsificador echa a volar su imaginación y hace un dibujo. Por lo general el resultado es bien malo”, acotó el capitán del Laboratorio de Criminalística de Carabineros, Raúl Fuenzalida, de acuerdo a lo acotado por diario LUN.

De igual forma, el comisario de delitos económicos de la PDI, Nelson Acuña, detalló que los billetes de diez y 20 mil pesos son los más falsificables de todos, y claro, si son los de mayor valor. “Es lógico, pues si falsifico uno de $1.000 la ganancia no es mucha. Con uno de $10.000 entrego el billete y –aparte de obtener un producto- me dan vuelto”, ejemplificó.

Finalmente para reconocer un billete original lo primero es usar el tacto y la vista, para percibir texturas, relieves y el sello de agua que se ve al exponerlo a la luz, acota Claudia Bentjerod, jefa del área y desarrollo del circulante del Banco Central.

Como dato adicional, los billetes de mil, dos y cinco mil, están fabricados en base a un material plástico. Los de 10 y 20 mil, en cambio, se imprimen en un resistente papel de algodón.

Cedida | LUN
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