El sexo siempre ha sido un tema complejo de tratar y cuando se habla sobre este, generalmente se hace por debajo de la mesa… o no se hace en absoluto. Esto ocurre porque la sociedad chilena es conservadora a la hora de ir a la cama. Pero un reciente análisis del Centro de Estudios de la Sexualidad de Chile (Cesch), demuestra que esto comienza a modificarse… lentamente.

Lee también: Revelador: 7 incómodas preguntas sexuales aclaradas por la ciencia

El director nacional de este centro, Christian Thomas, detalló los problemas y avances que hemos experimentado en esta materia en diario La Cuarta. Para empezar, apunta que seguimos siendo tímidos, ya que “las fantasías son algo que no se comentan mucho entre las parejas. No se dice lo que les gustaría que hicieran. Son pocos los chilenos que se sueltan y dicen lo que en verdad están queriendo hacer. Todavía es visto como algo raro”, explica.

photodesk.at (cc) | Flickr
photodesk.at (cc) | Flickr

Otro de los temas bastante complicados en la realidad nacional es el uso de juguetes sexuales. “La idea de usar esposas, látigos o lo que se ocurra para que el sexo sea diferente”. Sumando a lo anterior, el último tabú radica en una falta de “creatividad del encuentro, atreverse a decir cuándo quieren salir de la tradicional cama”, como indica.

Pero la manera de vivir la sexualidad ha cambiado, y en los jóvenes “hay una tendencia a ser más precoces. Hace 20 años, la edad para perder la virginidad era de 17 o 18 años. Ahora, en las niñas es de 16 o 17 y en hombres 15 o 16”, dijo el experto. Aunque detrás de esto en general se esconde las ganas de validarse frente al resto, más que un impulso por vivir la sexualidad.

Lee también: Atención mujeres: 7 consejos de sexualidad para mayores de 40 años

Además son los más jóvenes los que defienden la intimidad, teniendo la tasa de frecuencia sexual más alta. “Tienen una frecuencia de dos a tres veces por semana”, cifra bastante superior a una pareja por sobre los 40 años que es de “una vez por semana”. La cifra se reduce aún más si son 20 los años de matrimonio, donde los encuentros se limitan a “una vez al mes”, precisó el experto a La Cuarta.

Otro factor que ha ido al alza es el sexo casual, donde se igualaron los números entre hombres y mujeres: El 80% dice estar disponible para esto. Cabe destacar que cinco años atrás, las mujeres dispuestas a esta experiencia no superaba el 50%. “Fomentar los derechos de las mujeres y la globalización, donde se pueden ver hasta famosas hablando sin problemas de sexo, han sido claves”, agrega.

Helga Weber (cc) | Flickr
Helga Weber (cc) | Flickr

Algo ligado también a los cambios es que el hombre chileno ha presentado una tendencia a disminuir su deseo sexual acudiendo a dos excusas para no tener sexo: “no tengo ganas o estoy estresado”. Y en el caso de la mujeres las tradicionales son: “No tengo tiempo. Están los niños que nos pueden escuchar. No me siento bien o estoy en mis días” señaló el director.

Pero ha habido un cambio importante por parte de las féminas, que ahora “les dicen cara de palo a los hombres que no quiere hacerlo. En general, el hombre chileno está más dado a dar chivas que las mujeres”, sentenció el sexólogo.

¿Qué nos falta? Vigilar cantidad y calidad, ya que el chileno no dura mucho en promedio: “Por mi experiencia con tantos pacientes, puedo decir que (la experiencia sexual) es breve y no más allá de cinco minutos, incluyendo los juegos sexuales previos. En general, las parejas con mayor tiempo juntos no duran más allá de tres minutos. Es poco, la verdad, y se debe a que tendemos a tener sexo por descarga más que por placer”.

 José Manuel Ríos Valiente (cc) | Flickr
José Manuel Ríos Valiente (cc) | Flickr