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Acusan a chilena de cazafortunas: Se casó con abuelo millonario de 94 años

Hans Scott | Agencia UNO
Hans Scott | Agencia UNO

Emiliano Pérez y Juana Vargas se conocieron hace ocho años en el Hogar San José de la ciudad de Viña del Mar. Ella era administradora del recinto y se encargó personalmente de su cuidado, tanto así que en 2012 se casaron en una sede del Registro Civil de Villa Alemana.

Él tiene 94 años y ella 47, y actualmente está siendo acusada de “cazafortunas” por la familia de Pérez, pues el anciano, jubilado de la Armada, tendría un patrimonio que asciende a 1.500 millones de pesos en acciones.

La desconfianza nace porque el matrimonio fue prácticamente en secreto, pues nadie de la familia de Emiliano se enteró de la ceremonia. Una de las más críticas es una sobrina del nonagenario, Roxana Cartes (52) quien asegura que “él nunca tuvo hijos y el año 56 compró acciones de la CCU y la celulosa CMPC”, las mismas que actualmente están avaluadas en esa millonaria cifra, consigna LUN.

Además, Roxana comenta que el señor ha tenido un importante deterioro mental desde su internación, por lo que sus capacidades cognitivas serían muy reducidas, por eso le llama la atención está improvisada boda.

La historia se vuelve aún más misteriosa dado que Cartes asegura que recibió un llamado hace algún tiempo, de una empresa donde le comunicaron que su tío había asistido en silla de ruedas acompañado de un abogado y de Juana, a consultar cómo podían liquidar las acciones que tenía allí.

Después supe que esta mujer, antes de que se casaran, cuando lo sacaba a pasear, también lo llevaba a cobrar la pensión, que equivale a $1.200.000”, agrega la mujer al medio.

Por todos estas suspicacias es que la familia de Emiliano presentó acciones legales en contra de Vargas, y ayer la mujer fue formalizada por apropiación indebida. Juana se habría gastado, según Roxana, cerca de 280 millones de pesos que tenía su tío en la cuenta corriente, en cirugías estéticas y en abogados.

Durante el tiempo que dure la investigación Juana no podrá usar el patrimonio acvcionario del anciano, pese a estar casados.