¿Quién no ha recibido una carta a la casa que al abrirla sólo nos hace pensar que perdimos el tiempo?

Mes a mes son decenas las cartas que llegan a nuestras casas, ya sea de bancos, casas comerciales u otros ofreciéndonos servicios, ofertas o diciendo que tenemos un crédito pre-aprobado por “x” cifra.

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A veces no basta con acudir hasta la empresa que envía la correspondencia para pedir que pare, pues ésta continúa llegando… y como si fuera poco, tenemos que pagar por ellas. Pero un astuto estadounidense logró conseguir que esto tuviera su fin.

¿Cómo lo hizo? Tras recibir innumerables solicitudes para una tarjeta de crédito, decidió hacer algo. “Bien, recibo correo basura de esta compañía unas 4 a 5 veces por semana… es realmente molesto. Entonces, inspirado por toda esa campaña de “Envía purpurina a tus enemigos” (conocida en EEUU) decidí seguir el método”.

No tuvo que pagar nada por ello, pues todo lo que se le enviara de regreso a la compañía corría por cuenta de ellos, según informó el sitio web estadounidense de entretenimiento eBaum’s World.

Entonces lo que hizo fue llenar todas estas cartas con mostacilla: “Ya que tuvieron que pagar por peso, decidí seguir adelante con estas pequeñitas cuentitas. En serio, estas cosas se esparcen como cucarachas una vez que se caen; y también pesan mucho más que la purpurina, por lo que les costará más recibir este paquete”.

El vengador se defendió tras esta drástica medida: ¡Todo preparado y listo para salir! ¿Infantil? Si. ¿Sin sentido? Si. ¿Valió la pena? Si”.

¿Qué opinas de la medida tomada por este hombre? ¿Sensata o alocada?

La carta
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