Cuando éramos pequeños, las vacaciones parecían no terminar jamás y esperar a que transcurriera diciembre para abrir los regalos de Navidad era un calvario. Pero a medida que vamos creciendo y nos convertimos en adulto, los meses y años vuelan, dando la sensación de que cada vez se acelera más nuestra vida.

No es que te estés volviendo loco: los neurocientíficos y psicólogos tienen varias teorías, como recoge el medio español ABC, y a continuación revelaremos una de las principales.

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Los expertos creen que nuestro cerebro interpreta la realidad de forma distinta, según las circunstancias: Cuando la información es nueva, nuestra mente gasta más energía en procesarla, intentando registrar la mayor cantidad de detalles y esto da la sensación de que el tiempo se alarga.

En cambio, cuando repetimos una rutina (como ir al trabajo o volver de vacaciones a la misma cabaña de siempre), los detalles son ignorados y prácticamente nos ponemos en modalidad automática.

Es por esto que las experiencias nuevas de la niñez, adolescencia y juventud se sienten como una gran cantidad de tiempo, mientras que la adultez y vejez parecen pasar volando. ¿Quieres que el calendario deje de correr? Entonces intenta llenar tu vida de nuevas experiencias.