Un mundo sin amor, es un mundo sin razón. Posiblemente así sea para el 10% de la población mundial que sufre este trastorno y que le impide expresar emociones, como el afecto hacia otra persona.
Esta desalentadora cifra, entregada por la Sociedad Española de Neurología (SEN), equivale a cerca de 600 millones de habitantes que padecen este trastorno, que imposibilita a las personas a identificar sus emociones, por lo que no saben cómo expresarlas de manera verbal. Se reconocen dos tipos de alexitimia.
Según la revista de ciencia y tecnología Muy Interesante, cuerpos extraños, como tumores que dañen la zona neuronal del cerebro que guarda relación con nuestras emociones, puede desencadenar una alexitimia primaria. La secundaria, por su parte, es producto de un shock emocional o por falta de aprendizaje emocional, pero con la salvedad que esta puede ser precursora en el desarrollo de enfermedades más complicadas, como el parkinson.
Este trastorno entonces, incide directamente en la capacidad de expresar verbalmente emociones, porque “los seres humanos somos capaces de sentir amor, odio, alegría, miedo, es decir, experimentar sentimientos y emociones, gracias a un cerebro que lo hace posible, tanto estructural como funcionalmente, así como a relacionar dichos sentimientos con estructuras que permiten su verbalización”, argumenta el Coordinador del SEN, Pablo Duque San Juan.
Pero no todo está perdido para los afectados, ya que la medicina ha desarrollado algunos tratamientos a base de fármacos antidepresivos, en el caso de pacientes con alexitimia secundaria. Sin embargo, para aquellos que sufren de la primaria, la cirugía para extirpar el tumor cerebral no asegura un resultado positivo, según declaraciones del doctor Carlos Tejero, recopiladas por el portal EFE Salud.
Por su parte, la psicóloga Julia Vidal, se suma a las afirmaciones de Tejero, señalando que es más factible el tratamiento de la alexitimia secundaria, pudiendo detectarse con un cuestionario para posteriormente controlar el padecimiento en base a diversos test, en los que a los afectados “se les enseña a identificar sus emociones y las de los demás”, agregó la especialista.
Esta nefasta condición debe ser tratada lo antes posible desde su detección, ya que la carencia de empatía que caracteriza a estas personas puede desencadenar en depresión, producto de la soledad a la que se expone el afectado al no poder compartir emociones y sentimientos con otro. En el peor de los caso, asegura Vidal, todo lo anterior puede llevar a adicciones al alcohol o a las drogas.
Entonces, si pronunciar un “te quiero” se te convierte en una tarea imposible de realizar, puede que tu falta de cariño sea un poco más grave de lo que piensas, por lo tanto, agendar una hora con un especialista que pueda darte un diagnóstico acabado de tu problema, será la mejor alternativa.