El fin de semana pasado fue particularmente intenso para la familia Calderón-Argandoña. El ataque de Nano a su hermana Kel, a través de redes sociales, desató un escándalo farandulero de los que no veíamos hace mucho.

Todo partió por una declaración de Kel sobre el comportamiento de su hermano en una entrevista para una revista de papel cuché, la que no cayó para nada bien en Nano, provocando su enojo y que se fuera con todo contra su hermana.

Fue así que a través de Instagram, el estudiante de Derecho prácticamente realizó una “funa virtual” a la ‘influencer’, acusándola de tener una “doble cara”, ser “un asco de persona” y pidiéndole que por favor no hablara más de él en los medios, ya que o sino tendría que mostrar información privada que la dejaría “muy mal parada” públicamente.

Esta situación tiene profundamente afectada a Raquel, quien solo ha comentado estar mal como cualquier madre al ver que sus hijos están separados. Kel, en tanto, solo comentó en redes que sigue amando a su hermano y que no dirá nada más porque los problemas familiares los arreglaba “de la puerta hacia adentro”.

Hasta entonces, Hernán Jr. era el único que no había hablado al respecto, tras sus acusaciones en redes, por lo que el programa Intrusos fue en su búsqueda y lo encontró en la entrada de su universidad, en compañía de un amigo.

Sin embargo, para mala suerte de la periodista, el veinteañero no tuvo la mejor actitud al ser consultado por su familia.

Pregúntame una weá importante“, dijo primero, para luego consultarle “¿Qué programa?“, y agregar un “Ah no, son puros weones“.

Como si eso fuera poco, la periodista volvió a consultarle respecto a cómo estaba su familia, a lo que él respondió irónicamente: “Estamos muy bien. Estamos pasándola la raja”.

Cabe señalar que desde una edad muy temprana, luego de la separación de Hernán Calderón y Raquel Argandoña, Nano decidió vivir con su papá, mientras que Kel se quedó con su madre hasta que hace cerca de tres años se independizó. Aun así vive a escasos metros de toda su familia.