Tal cual. El gobierno del gigante asiático determinó censurar la caricatura británica sobre las aventuras de la hiperquinética cerdita y su familia.

La autoridad señaló que no sólo los episodios del programa son peligrosos para la salud mental de los niños y adolescentes, sino también la comercialización de los productos derivados de la serie.

Una especie de “Netflix chino”, Douyin eliminó los más de 30 mil contenidos asociados a Peppa, por la adicción que provocan, por considerar que se transformó en un “ícono subversivo de una juventud ociosa y antisocial”.

A tanto llega el desprecio por las aventuras del dibujo animado que se prohibió ocupar en redes sociales el hashtag #PeppaPig.

Whose Christmas Day will be look like this? 5 more sleeps to go! #peppapig #christmas #christmasday #sleep

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Berrinches

El periódico del Partido Comunista chino, “Diario del pueblo”, puso una voz de alerta por la gran proliferación de artículos asociados a la serie, y que son objeto de competencia por parte de niños y adultos; los que los hacen pelear, tener poca tolerancia y -al igual que la rosada protagonista- “gruñir y saltar en los charcos de barro”.

Esta información también fue recogida por el Global Times, desde donde se hace referencia a que los chinos sostienen que Peppa es “hostil a los valores de la cultura dominante, a menudo poco educada y sin trabajo estable, en las antípodas de la juventud que desea cultivar el Partido”.

El grupo Bytedance, administrador de la plataforma Douyin, prometió aumentar hasta 10.000 el número de censores en sus filas para asegurar que los contenidos compartidos vayan en la misma línea de los designios del Partido Comunista Chino.