Este viernes el matinal de TVN, Muy Buenos Días, vivió un emotivo momento luego que el equipo revelara conmovedoras historias sobre sus abuelos.

Y es que este domingo 15 de octubre el mundo entero celebra su día y los panelistas del espacio matutino realizaron un sentido homenaje a sus seres queridos, llegando a emocionarse hasta las lágrimas.

En la nota participó María Luisa Godoy, Marcelo Arismendi, Luis Saldoval, Karen Bejarano, Max Collao, Gino Costa, Macarena Tondreau y Víctor Aranda.

Sin embargo, fueron estos dos últimos panelistas quienes se vieron más afectados con el tema, puesto que tuvieron que recordar a sus abuelas, quienes lamentablemente ya no están con ellos.

“Mi abuela era como mi segunda mamá (…) Ella tuvo una enfermedad muy fuerte, le dio una trombosis, estuvo muy mal”, contó Víctor Aranda.

Captura | TVN
Captura | TVN

La voz en off del matinal reveló que la muerte de su abuela fue una de las cosas más difíciles que le tocó vivir, puesto que como el nieto mayor debió asumir importantes responsabilidades. Además, aseguró que la salud pública ha dejado de lado a los adultos mayores. “Cuidémoslos, nosotros también vamos a ser ancianos en algún momento”, sentenció.

Quien también se conmovió con las historias fue Macarena Tondreau, quien perdió a su abuela cuando estaba embarazada de su primer hijo a los 18 años.

“Yo lo único que le pedía a Dios era que ella estuviera viva cuando naciera mi hijo (…) No se pudo y una semana antes muere”, relató la periodista entre lágrimas.

La panelista confesó que por su inmadurez sintió rabia cuando falleció, ya que no entendía por qué se había ido a pocos días de dar a luz. Sin embargo, con el tiempo entendió que el espíritu de su abuela nunca se fue y siempre está con ella para ayudarla y protegerla.

Captura | TVN
Captura | TVN

Finalmente, Macarena hizo un llamado a todos quienes aún tienen vivos a sus abuelos (a) que le dediquen tiempo para acompañarlos. Y, para quienes ya no los tienen, que vayan a visitar a adultos mayores a un hogar. “Van a salir con el corazón mucho más grande (…) Llévenle un chocolate, ellos vuelven a ser niños. Esperan un abrazo, un beso, nada más”, concluyó.