Hace pocos días Francisca Merino cumplió cinco décadas, fecha que decidió celebrar, pero recatadamente.

La actriz salió a cenar con su pareja, Andrea Marrocchino, y sus hijos. Además, hizo una pequeña fiesta con sus amigos más cercanos y su núcleo familiar.

Además, Pancha decidió recibir la nueva década con una diferente mirada en su rostro, menos cansada y más relajada.

“Sentía que tenía la mirada como si estuviera agotada todo el día, además por herencia genética las bolsas de mis ojos son muy marcadas”, comentó la actriz.

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“Con Francisca lo que hicimos fue un tratamiento no invasivo ni quirúrgico en donde le levantamos los párpados que los tenía caídos. Además mejoramos la bolsa de las ojeras que tenían flacidez, hicimos que se retrajera. Por último, trabajamos las denominadas patas de gallo”, menciona Karen Slaibe, Kinesióloga de la Clínica HighCare.

El tratamiento se aplica a través de un equipo que tiene una aguja ionizada, que genera un rayo de plasma.

Se hace mediante vectores, con los que se puede conseguir, no solo ayudar a la flacidez de la piel, sino que también a levantar cejas, disminuir las arrugas, un lifting de labios, entre otros.

“Se generan quemaduras en la parte superficial de la piel, así se producen los fibroblastos y el colágeno. Con el pasar de las semanas se genera una tensión en la piel. Las costras duran entre 5 y 10 días, pero ya a la semana estás en perfectas condiciones. La técnica tiene un dolor, pero se aplica con anestesia tópica en crema para que se sienta mucho menos“, relata Slaibe, Kinesióloga de la clínica Highcare.

“Al segundo o tercer día se produce una inflamación importante, esto va a depender de la reacción de cada persona, pero al séptimo día se caen todas las costras”, agregó.

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Merino confesó que no quiso rellenarse con ácido hialurónico, pues no es de su gusto.

“Siento que el bótox deforma un poco la cara. La verdad es que el tratamiento no me dolió tanto, pero sí al otro día estaba muy hinchada, pero con los días me subió la pigmentación, la calidad de la piel de los ojos cambió, realmente ya no tenía la cara de antes”, relata la actriz.

Específicamente la técnica que se utilizó con Francisca Merino se llama ‘ojo de panda’, que toma las ojeras, el párpado superior y las patas de gallo.

Un tratamiento que también puede ser utilizado en diferentes partes del cuerpo, como en la zona del escote y las rodillas.

Especialistas afirman que funciona bien para eliminar marcas de acné, cicatrices, estrías.

“El efecto máximo se consigue a los dos meses y medio, y la duración del tratamiento va a depender de la edad del paciente, de si toma mucho sol o fuma. De todas maneras, se asegura por lo menos un año de tensión de la piel”, sentencia Karen Slaibe.