Con la llegada del verano, los días con más de 30 grados se han vuelto la tónica en varias ciudades de nuestro país. Frente a este escenario, la geriatra de IntegraMédica, María Soledad Cáceres, asegura que son los adultos mayores quienes deben poner especial atención.

Debido al envejecimiento, el organismo sufre una serie de cambios que le dificultan adaptarse al calor.

“Con la edad se produce una disminución de la capacidad de termorregulación. Esto ocurre principalmente en el sistema nervioso central, el sistema renal, el sistema endocrino y en la distribución corporal total”, sostuvo la doctora.

“El paso del tiempo hace que las personas vayamos teniendo más dificultad para sentir la temperatura correcta, comienza a fallar el mecanismo de la sed y se altera nuestro tejido graso, por nombrar algunos ejemplos. Por eso, es importante que los adultos mayores adopten cuidados especiales frente a las temperaturas extremas”, añadió.

Riesgos del calor: la clave está en la prevención

De acuerdo con la geriatra, lo principal es prevenir, teniendo en cuenta el estado de “fragilidad” de cada persona.

“Hay adultos mayores en buenas condiciones físicas y buena reserva fisiológica, pero hay otros que tienen comorbilidades, uso de fármacos crónicos, dependencia y enfermedades que condicionan un estado de mayor vulnerabilidad frente al medio”, explicó.

Por esto, sugiere tener en cuenta:

Mantener un estado de salud constante y estable: con un estilo de vida saludable, controles periódicos, prevención y/o mantención de enfermedades crónicas estables, conciencia de autocuidado, evitar el uso de fármacos innecesarios.

Evitar exposición a cambios bruscos de temperatura: evitar el calor extremo y la exposición al sol (especialmente entre las 12:00 y 16:00); elegir horarios de menor temperatura para la realización de ejercicio físico y tener en cuenta que a mayor edad, mayor probabilidad de efectos adversos por calor.

Hidratación en todo momento: se recomienda beber 2 litros de agua al día, los que podrían aumentarse en periodos de mayor temperatura ambiental.

-Asimismo, es importante cuidar la alimentación, evitando comidas abundantes y privilegiando preparaciones que mejoren la hidratación.

Vestimenta adecuada: preferir ropa ligera, preferiblemente en tonos claros y de algodón, proteger la cabeza con sombrero, siempre pensando en la no exposición en horas y temporadas de riesgo.

Cuándo acudir a un servicio de urgencias con adultos mayores

La doctora Cáceres señala que los síntomas en pacientes mayores pueden ser tardíos y atípicos, dada su poca capacidad de respuesta.

Por eso, tanto los adultos mayores, como sus familiares o cuidadores -en caso de adultos mayores dependientes- deben estar atentos a señales variadas como hipersudoración, deshidratación, sensación de agotamiento, confusión, somnolencia, hipo e hipertensión, cambios en la frecuencia cardiaca, síncope y caídas.

“El cuadro clínico más grave asociado a calor se relaciona con la capacidad de generar un shock térmico (o golpe de calor), en el cual se puede comprometer la vida del paciente en pocos minutos”, dijo María Soledad Cáceres.

“En estos se puede generar una temperatura corporal igual o mayor a 40ºC, cambios en el estado mental, náuseas, vómitos, piel enrojecida, pulso acelerado, cefalea y convulsiones. Frente a estos síntomas hay que acudir de inmediato a un servicio de urgencias”, cerró la especialista.