Con la llegada del verano se sienten las altas temperaturas y comienza la tan esperada temporada de playa y piscina. Para disfrutar bien relajados de las vacaciones y el buen clima, refrescándonos para capear el calor, es importante saber cómo tratar nuestros bikinis o trajes de baño para que luzcan como nuevos.

Luego de un tiempo, estas prendas comienzan a perder su color, forma y textura. Son los que más sufren en esta época al ser expuestos a factores agresivos como el sol, arena, sal, sudor y bloqueador.

Lo importante es procurar que las altas temperaturas del verano y el uso de protector solar no se traduzcan en manchas permanentes. Por tanto, debemos extremar los cuidados para alargar su vida útil más allá de una temporada.

En esta línea, y con el fin de instruir sobre el correcto lavado de este tipo de prendas, la marketing manager de LG Electronics, Pamela Castro, entregó consejos que pueden ser útiles para esta temporada.

Cómo lavar trajes de baño y bikinis

-Lavar en la ducha tras cada uso: Luego de usar tu traje de baño, y para evitar su deterioro, utiliza un jabón neutro en la ducha para quitar los restos de sal, bloqueador y arena impregnados en tu bañador; luego enjuaga con agua fría.

-Utilizar la lavadora semanalmente: Para lograr una limpieza más a fondo, mete el traje de baño en una bolsa de algodón e introdúcelo en la lavadora una vez a la semana, eligiendo siempre un detergente y programa de lavado para prendas delicadas.

-Secar al reverso y en la sombra: Una vez finalizado el ciclo de lavado, deja el traje de baño secar al aire libre, en un sitio donde no le llegue sol directamente, y cuélgalo al reverso para evitar que pierda la intensidad de su color. Asegúrate de que quede bien seco. Es fundamental para evitar que se concentren malos olores, hongos o microbios en la bolsa de playa.

-Mantener en un lugar fresco: Guarda el traje de baño en una bolsa de tela, que luego deberá ser ubicada en un entorno espacioso y poco húmedo. Evita las bolsas de nylon o plástico, ya que estos materiales impiden la correcta circulación del aire y favorecen los malos olores.