Durante el embarazo ocurren muchos cambios en la mujer, tanto físicos como emocionales, sumado a que aparecen los famosos antojos.

Sin embargo, no todos son iguales: hay algunos que se relacionan con particulares objetos, como tiza o tierra, trastorno llamado síndrome de pica.

Para ahondar en el tema, en Página 7 conversamos con Beatriz Arteaga, directora de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Las Américas.

La experta indicó que “es un trastorno de la conducta alimentaria que se caracteriza por la ingesta persistente y compulsiva de sustancias no nutritivas, como tierra (geofagia), arcilla, tiza, jabón, hielo (pagofagia), etc”.

Además, aseguró que este trastorno se presenta con mayor frecuencia en las embarazadas y “lamentablemente no es muy estudiada, o mejor dicho, es un tanto subestimado, a pesar de que existen datos publicados que muestran una prevalencia en América Latina del 23% al 44% aproximadamente”.

Antojos extraños en embarazadas: las graves consecuencias en el bebé del desconocido síndrome de Pica
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Si bien no está clara la causa de este trastorno, precisó que “sí se asocia a embarazadas que tienen diagnóstico de anemia o deficiencia de hierro y estados nutricionales deficientes”.

En animales, por ejemplo, comentó que “se ha sugerido que la deficiencia de calcio o hierro predisponen al consumo de sustancias que los contengan en un intento inconsciente de incorporar los nutrientes carentes en el organismo, pero no existe evidencia científica que demuestre en humanos o en las embarazadas este ‘apetito compensatorio’”.

“Tampoco se ha demostrado que exista una correlación entre la sustancia consumida durante la pica y una deficiencia nutricional específica de la embarazada, por lo tanto, aún es motivo de estudio e investigación”, añadió.

Síntomas del síndrome de pica

Según precisó la especialista, “las embarazadas comienzan a comer de forma abrupta distintas sustancias o elementos que no son nutritivos”.

A modo de ejemplo, mencionó “la tierra, hielo, jabón, cenizas, tizas, fósforos quemados, polvos de hornear, papel, etc”.

En cuanto al tratamiento, detalló que “lo más importante es el diagnóstico precoz, realizando una evaluación del estado nutricional (antropometría, análisis sanguíneos y evidencias clínicas). Luego se generan ciertas estrategias e intervenciones nutricionales que permitan corregir deficiencias”.

Antojos extraños en embarazadas: las graves consecuencias en el bebé del desconocido síndrome de Pica
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No solo se deben tratar las carencias nutricionales “sino que también para brindar un acompañamiento integral o biopsicosocial de la embarazada”.

Consecuencias para el bebé en gestación

Arteaga es enfática en señalar que este trastorno puede tener consecuencias tanto para el bebé como para la madre.

“Para el bebé, puede traer consigo un parto prematuro y, por lo tanto, todos los trastornos de ser un prematuro. También hay riesgo de mortalidad perinatal, peso bajo al nacer, disminución del perímetro craneano, exposición a contaminantes químicos dependiendo del elemento que consuma la embarazada”, argumentó.

Finalmente, explicó que “para la embarazada puede producir múltiples trastornos, como constipación, obstrucción intestinal, daño en las piezas dentarias, hiperkalemia (aumento del potasio sanguíneo), toxicidad con plomo u otras toxinas ambientales y parasitosis”.