Fue a mediados de diciembre que Lisandra Silva reveló a través de sus historias de Instagram que comenzó con un entrenamiento personalizado y también con nutricionista para llevar su segundo embarazo.

¿La razón? la modelo no quiere volver a pasar lo que pasó en su primer embarazo con Noah, en el cual subió mucho de peso y lo que fue desencadenante para tener pubalgia y diabetes gestacional.

“Estoy en sobrepeso. Ya he subido 12 kilos. Comienzo con una nutricionista y un personal, les contaré el proceso, porque con Noah engordé 25 kilos y no quiero que me pase lo mismo”, indicó en sus historias.

 

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Agregó que en el embarazo de su primogénito “sufrí de diabetes gestacional y pubalgia gestacional”.

Pubalgia gestacional

Para ahondar más en el tema, en Página7 conversamos con Beatriz Arteaga, directora de la Escuela Técnico Nivel Superior de Enfermería Universidad de Las Américas, quien nos explicó que la pubalgia gestacional “es el dolor en la zona del pubis, precisamente de los huesos y articulaciones de la sínfisis púbica”.

La especialista sostiene que “no está descrito que son múltiples los factores que van a provocar este dolor, pero se sabe que existe un desvalance entre factores biomecánicos y también hormonales, que van a provocar un estiramiento de la musculatura abdominal, que a su vez tracciona el pubis y sumado a la sobrecarga de los músculos de la piernas, se traduce todo esto en una inflamación del pubis”.

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Arteaga explica que son cuatro los mecanismos que desencadenan la pubalgia:

1- El primero es la acción de las hormonas relaxina y progesterona, que entre otras funciones, son las encargadas de provocar la amplitud del canal del parto para el paso del recién nacido.

2. Otro mecanismo es el aumento del peso abdominal debido al crecimiento del bebé.

3. El aumento del peso corporal de la embarazada en sí, sobre todo en aquellas que ya tienen un sobrepeso de base.

4. Los cambios biomecánicos que se producen posturalmente en la embarazada y aquí tenemos el ejemplo de la lordosis lumbar bien pronunciada, que se evidencia en el segundo y tercer trimestre del embarazo.

En cuanto a su tratamiento, la especialista sostiene que principalmente es la prevención y detección precoz.

Cuando se detecta, se realiza un tratamiento multidisciplinario entre el ginecólogo, el fisiatra, el kinesiólogo y traumatólogo. “Ellos indican analgesia oral, farmacología para disminuir el dolor y ejercicios que relajan el piso pélvico”, informó.

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Además, agregó que también se indican medidas no farmacológicas, “tales como dormir en posición lateral con una almohada entre las piernas, no levantar peso en el embarazo, realizar movimientos simétricos, no juntar las piernas, realizar pausas de descanso, vestirse y desvestirse sentada. Sobre todo en el último trimestre de embarazo, evitar posiciones que exijan tensión de la pelvis en general”.

Asimismo, es enfática en recalcar que una de las medidas que previene esta condición es cuidar el sobrepeso, el IMC antes de embarazarse.

Diabetes gestacional

En cuanto a la diabetes gestacional, Arteaga indicó que “es una enfemedad metabólica que ocurre en el embarazo y se caracteriza por hiperglucemia o aumento de la glucosa en la sangre. También algunos autores la describen como cualquier intolerancia a los carbohidratos diagnosticada en el embarazo”.

Se presenta con mayor frecuencia entre la semana 24 a 28 y en Chile tiene una prevalencia aproximada entre el 2% y 5% del total de los embarazos. “Esta cifra ha ido aumentando en los ultimos años”, enfatizó.

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La experta informó que se produce por dos factores: uno es la resistencia a la insulina como una respuesta a las hormonas liberadas por placenta. Mientras que la segunda causa “es el daño en la funcion de las células peta del páncreas, que son encargadas de producir insulina. Este daño se produce por un crecimiento anormal o hiperplasia para compensar el aumento de la necesidad de insulina sistémica”.

En relación a los síntomas, Arteaga menciona “incremento de la frecuencia miccional y el volumen de orina. Hay también pérdida de peso significativa, aún cuando la embarazada tiene aumento de apetito. Hay un incremento de la sed, visión borrosa y sensación de fatiga”.

El tratamiento se basa principalmente en equilibrar los alimentos versus los requerimientos del embarazo, ya que lo que se espera es que exista una ganancia de peso entre 8 a 12 kilos en el proceso de gestación.

Se deben modificar hábitos nutricionales con surpervisión para lograr esta mejora de los hábitos. También se debe fomentar el ejercicio y, en algunos casos, explica la experta “se incorpora la insulina exógena con control de glicemia capilar seriada durante todos los días para ver cómo va evolucionando la glicemia en esta persona”.

Cómo afecta a la madre y el bebé

Según señala la especialista, “la enfermedad está asociada a complicaciones maternas fetales. Para los niños existe el riesgo de padecer sobrepeso al nacer, riesgo de parto prematuro, dificultades respiratorias al nacer, obesidad y diabetes mellitus tipo dos en el transcurso de la vida del bebé”.

En cuanto a la madre, implica riesgos como tener aumento de la presión arterial “y otros síntomas que afectan la condición de vida y embarazo. Uno de los riesgos más complejos es que post embarazo la mujer padezca diabetes mellitus tipo dos”, finalizó.