Tener la piel perfecta, uniforme e hidratada, parece un sueño imposible, sobre todo para quienes padecen queratosis pilar. Se trata de una afección cutánea -bastante común e inofensiva- que genera zonas secas y ásperas. A menudo se dan en la parte superior de los brazos, los muslos, las mejillas e incluso los glúteos.

Si bien no causa dolor ni malestar alguno, lo cierto es que resulta un problema estético, pues las partes afectadas toman el aspecto permanente de piel de gallina, pero con los granitos más rojos que no pasan inadvertidos.

La queratosis pilar no se puede curar ni prevenir. Sin embargo, se puede tratar con productos humectantes y cremas con receta médica para ayudar a mejorar la apariencia de la piel.

Pero, ¿por qué se produce este efecto? La causante es la queratina, una proteína dura que protege la piel de infecciones y sustancias nocivas. Al acumularse, obstruye la apertura de los folículos pilosos, lo que provoca manchas irregulares y ásperas en la piel.

Por desgracia, no está claro por qué se produce esta condición, pero según la Clínica Mayo, podría estar asociada a una enfermedad genética o la dermatitis atópica. Además, se ha detectado mayor incidencia de queratosis pilar en personas con diabetes, insuficiencia renal, síndrome de Down o síndrome de Graham-Little, pero no se ha descubierto el motivo de su predisposición a padecerla.

El tratamiento para eliminarla debe ser recetado y controlado por un dermatólogo, y fundamentalmente incluye lociones emolientes (que suavizan, ablandan y aumentan el grado de humedad), exfoliantes tópicos compuestos de ácido láctico, ácido salicílico o urea, además de corticoides y retinoides tópicos.

queratosis pilar
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No confundirse

Beatriz Arteaga, directora de la Escuela de Técnico Nivel Superior de Enfermería, de la Universidad de Las Américas, indicó a Página 7 que es importante no confundir la queratosis pilar de la queratosis actínica.

Esta última tiene directa relación a la exposición a los rayos solares. “Son lesiones que se presentan como una mancha de textura áspera o escamosa, oscura, de color café, en alguna zona de la piel que se ha expuesto al sol de manera permanente o constante“, explicó.

Puede producir picazón y es frecuente que se alojen en la cara, los labios, las orejas, antebrazos, el cuero cabelludo, el cuello y el dorso de las manos.
“Estas lesiones son prevalentes en personas sobre los 40 años que han tomado mucho sol. Por lo tanto, si vamos a las causas, están en directa relación con la exposición a los rayos ultravioleta”, añadió Arteaga.

También se describe como causa el uso de camas solares o solarium, por lo tanto, se puede prevenir, sobre todo evitando el sol en horarios de mayor riesgo, que es entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde. “De hacerlo, debemos usar bloqueadores de filtro mínimo 30 a 50. También hay que cubrir la piel con ropa idealmente con filtro ultravioleta”, advirtió la profesional, y no recurrir al bronceado por radiación.

“Hay que estar atentos a cualquier cambio que se produzca en la lesión o la mancha, tanto en tamaño, coloración o aumento de volumen, y rápidamente consultar al médico tratante o un dermatólogo“, concluyó respecto a la queratosis actínica.