Como ocurre en los primeros días del año, se conmemora el Dia Mundial del Asma, evento anual organizado por la Iniciativa Global para el Asma (GINA, por sus siglas en inglés) para relevar la concientización y el cuidado del asma en todo el mundo.

El lema de este año ‘Descubriendo conceptos erróneos sobre el asma’ proporciona un llamado a la acción para abordar clásicos mitos y conceptos erróneos sobre la patología que impiden a los pacientes disfrutar de una excelente calidad de vida manteniendo control sobre su condición.

El asma es un problema de salud global, con alrededor de 300 millones de personas afectadas, sus complejos mecanismos fisiopatológicos, diversos factores de exposición ambiental y geográfica, edad de inicio, carga genética, acceso a servicios de salud de calidad, comorbilidades, adherencia al tratamiento y respuesta al mismo, y gravedad de sus distintos fenotipos clínicos contribuyen a que el asma tenga un impacto muy importante en los sistemas de salud de todos los países alrededor del mundo.

En Chile, según la Sociedad Chilena de Enfermedades Respiratorias, se estima que entre el 7% y 10% de la población general tiene asma y alrededor de un 15% en la edad pediátrica. Sin embargo, el porcentaje podría ser mayor, pues es posible que exista sub diagnóstico de la enfermedad.

Al respecto el Dr. Mario Calvo, pediatra broncopulmonar de Clínica SurMédica y académico de la Universidad Austral de Chile, indica que “el asma es una enfermedad que no se puede curar, pero puede ser controlada identificando a tiempo los factores que desencadenan esta enfermedad y con el tratamiento adecuado con el cual los pacientes pueden disfrutar de una buena calidad de vida”.

Para aliviar los síntomas del asma se utilizan medicamentos de acción corta o “aliviadores”. El control de la progresión del asma y la reducción de sus agudizaciones requiere la administración de medicamentos “controladores”, tales como los corticosteroides inhalados.

Los pacientes con síntomas persistentes deben tomar diariamente medicamentos controladores para reducir la inflamación subyacente y prevenir los síntomas y las exacerbaciones.

“En el actual contexto de emergencia sanitaria por COVID-19 es fundamental que los pacientes con asma sigan sus tratamientos ya que un paciente con la enfermedad controlada podría reaccionar de mejor manera frente a un posible contagio”, afirma el especialista.

Identificando signos y síntomas del asma

El Dr. Mario Calvo explica que los síntomas del asma varían según la persona, ya que es posible que pacientes tengan ataques de asma con poca frecuencia, síntomas solamente en ciertos momentos, o frecuentemente. Aun así, indica que los signos y síntomas más frecuentes son:

● Tos

● Falta de aire

● Dolor u opresión del pecho

● Sibilancias al exhalar, signo especialmente común en los niños

● Problemas para dormir causados por falta de aire, tos o sibilancia al respirar

● Tos o sibilancia al respirar que empeora con un virus respiratorio, como un resfriado o gripe

Hay otros desencadenantes, como el aire frío, las emociones fuertes (miedo o rabia, por ejemplo) o el ejercicio físico. Algunos medicamentos también pueden desencadenar ataques de asma, como el ácido acetilsalicílico y otros antiinflamatorios no esteroideos o los betabloqueantes (fármacos utilizados en el tratamiento de la hipertensión arterial, algunas enfermedades cardiacas o la migraña).

Mitos alrededor del asma

Una vez identificado el asma, signos y síntomas es importante aclarar aquellos conceptos erróneos comunes que rodean esta enfermedad:

Mito: El asma es una enfermedad infantil y puede superarse con los años.

Realidad: El asma puede ocurrir a cualquier edad, niños, adolescentes, adultos y ancianos, aunque es cierto que en algunos casos da la impresión de que el asma desaparece a medida que pasen los años, la realidad es que esas personas ya no sufren los síntomas.

Mito: Los pacientes con asma no deben hacer ejercicio.

Realidad: Normalmente respiramos por la nariz, calentando el aire antes de su llegada a los pulmones. No obstante, durante el ejercicio solemos cambiar y respirar por la boca, lo que permite que el aire frío se convierta en un desencadenante de síntomas de asma en algunas personas. Sin embargo, mientras se mantenga la enfermedad bien controlada, hacer ejercicio siempre es bueno. Puede mejorar la función pulmonar, proporcionar más resistencia y disminuir la falta de aire.

Mito: Solo se necesita un inhalador cuando se presenta un ataque de asma.

Realidad: Los inhaladores de rescate solo están destinados a personas que tienen síntomas. Pero un inhalador de prevención actúa de manera muy distinta y esto, en ocasiones, puede crear confusión. Todas las personas con asma deben disponer de un inhalador para el alivio de los síntomas que actúa ensanchando las vías respiratorias