Las hormonas y el ciclo menstrual influyen en la pérdida de peso de la mujer, así como también la premenopausia y menopausia.

Según explicó a ABC Raquel Capel, dietista-nutricionista deportiva y clínica, estas etapas “conllevan cambios en la fisiología de la mujer que se traducen, a su vez, en una variación de la composición corporal”.

Estos cambios, que son procesos hormonales, afectan la forma en que las mujeres pierden peso, ya sea si esta es una meta que se está buscando o es algo natural.

Ciclo menstrual

En la fase folicular, explicó la profesional, “se produce un aumento progresivo de estrógenos y aumenta la sensibilidad a la insulina, lo cual hace que haya una mayor tolerancia a los hidratos de carbono. Cuando se da esta fase, el apetito está más controlado”.

Durante la fase de la ovulación, los típicos antojos de la menstruación aún no aparecen, pero sí aumenta más el apetito, sobre todo de alimentos dulces.

“Hay menor tolerancia a los hidratos de carbono, por lo que debería moderarse su consumo, para evitar la sensación de retención o inflamación mientras que, por otro lado, se aumentaría la ingesta de grasas”, comentó.

Capel detalló que esta etapa también “se asocia a una mayor fuerza física y muscular y a un incremento de nuestra capacidad para mejorar marcas, intensidad, etc.”, por lo que recomienda aprovechar este cambio hormonal para intensificar la rutina de actividad física.

Pexels (CC)
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La fase lútea (premenstruación) está marcada por los antojos de dulces, la retención de líquidos y también por el peak “más bajo de estrógenos cae la sensibilidad a la insulina, siendo la fase en la que se da una menor tolerancia a los hidratos de carbono”.

Por lo mismo, la nutricionista aconsejó que en esta etapa se reduzca el consumo de hidratos de carbono e incrementar el de grasas, ya que debido al aumento de progesterona la predisposición de almacenar grasa disminuye.

Por último, Raquel señaló que los días cercanos a la menstruación “son el momento más complicado a nivel mental para mantener la dieta a rajatabla”, por lo que recomienda aumentar la ingesta de proteínas para aumentar la saciedad, como también consumir suplementos de calcio y magnesio.

Menopausia

Es una tapa clave para la mujer, la cual llega entre los 45 y 55 años. En esta se da “la interrupción definitiva del ciclo menstrual y marca el final de la edad fértil”, indicó Capel.

Y como es un proceso de cambio hormonal, este puede tener varios síntomas que pueden influir con la pérdida de peso.

Uno de ellos es la disminución de estrógenos, que conlleva la “disminución de masa muscular y ósea, y un incremento de grasa corporal”, como también una baja en la energía/ánimo, que conlleva a tener menor actividad física.

Pexels (CC)
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Otro de los síntomas es el incremento de colesterol y triglicéridos, como también la disminución de la leptina, la cual se encarga de la regulación de la saciedad.

Además, la menopausia empeora la calidad del sueño y los característicos bochornos de esta etapa afectan considerablemente el sedentarismo, la falta de actividad física y la mala alimentación.

La profesional aseguró que la mejora de la composición corporal es posible a cualquier edad y que no existen los cambios irreversibles, “pero sí que son más difíciles de erradicar cuanto peor hayamos hecho las cosas a lo largo de nuestra vida”.

En esta línea, Capel señaló que los incrementos de peso durante el ciclo menstrual “son puntuales y los que se dan por el cambio hormonal en la menopausia se pueden tener a raya con un plan bien estructurado”.

“Lo ideal es mantener a lo largo de toda la vida de la mujer un peso saludable con un porcentaje de grasa adecuado, para llegar de forma óptima a la menopausia. Y si además llevamos a cabo algún tipo de entrenamiento de fuerza, es el mejor seguro de vida para garantizar un adecuado mantenimiento de la masa muscular y esquelética”, concluyó.