Varios estudios científicos han revelado que la aparición de las canas está directamente relacionada con el estado de salud, más aún que con el avance de la edad.

De acuerdo a la revista Glamour, existen una serie de factores externos y genéticos que impactan en la presencia de estas conforme pasan los años, pero ¿qué ocurre en nuestro organismo?

Primero, debes saber que el tono del cabello está determinado por millones de células llamadas melanocitos, las que tienen un deterioro paulatino perdiendo su pigmentación con el pasar del tiempo, apareciendo así las canas.

Eso sí, expertos determinan que el estrés ha sido uno de los factores más predominantes al momento de la aparición de estas. De hecho, un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México, comprobó que “el estrés oxidativo diario ocasionado por factores como la contaminación, los rayos ultravioleta, una mala alimentación y el consumo de cigarro, alcohol y drogas, incentivan el aumento de los radicales libres en el cuerpo, desequilibrando las células que pigmentan el pelo”, explican.

Dicha afirmación, coincide con la realizada por los investigadores de la Universidad de Harvard, quienes aseguran que existe un agotamiento de las células madre que forman los pigmentos en los folículos pilosos, lo que se desencadena la pérdida de pigmento capilar producto del estrés.

Las canas hablan por tu cuerpo

A su vez, especialistas aseguran que la temprana aparición del cabello blanco puede ser determinante en el diagnóstico de otras enfermedades, tales como: anemia o problemas cardiovasculares.

Lo anterior, pues el cabello depende de vitaminas como D y E, las que ayudan al correcto funcionamiento de los melanocitos, además de ser los agentes que nutren y ayudan a fortalecer los folículos pilosos del pelo, previniendo así la resequedad, falta de brillo y su caída.

En tanto, en relación a los problemas cardiovasculares, un estudio de la Universidad de El Cairo, Egipto, determinó que su aparición refleja que una persona está más propensa a sufrir una patología coronaría, principalmente los hombres.