Las frutas y verduras son alimentos perecibles, es decir, tienen un tiempo variable y determinado de duración. Su consumo es altamente beneficioso e inocuo, por lo que es importante que las consumamos frecuentemente.

No obstante, es importante tener claro su tiempo de duración.

Según señaló a Página 7 Evelyn Sánchez, académica de la Escuela Nutrición y Dietética de Universidad de Las Américas, “en general, los alimentos con baja cantidad de agua disponible o humedad tienen la propiedad de contar con mayores tiempos de duración en condiciones no complejas de almacenamiento”.

“En este caso las frutas y verduras tienen un alto porcentaje de agua en su composición, por lo que pueden ser de mediana o corta duración, dependiendo nuevamente de las características propias. Algunas de ellas pueden durar cerca de 15 días refrigeradas, y otras solo la mitad“, detalló.

La profesional de UDLA indicó que “las recomendaciones de almacenamiento de frutas y verduras son diferentes dependiendo de las características de cada una, algunas de ellas requieren refrigeración y otras es preferible almacenarlas a temperatura ambiente, en lugares frescos y secos”.

En este sentido, dijo que por ejemplo las verduras como “apio, zanahorias y el repollo, en general, pueden llegar a durar más de dos semanas. En tanto, lechuga, champiñones, la alcachofa, una semana”.

Con respecto a las frutas, comentó que “las manzanas refrigeradas pueden durar 4 semanas o un poco más. En tanto, los que tienen menor duración son uvas y frutos rojos, que en general es menos de una semana aunque estén refrigerados. Los cítricos en general bordean las dos semanas”.

“Precisar que esto es muy relativo, dependiendo del origen. Si son productos orgánicos con menor intervención, tienen menor duración. Los de supermercados, que sabemos que hay más intervención, tienen duraciones más prolongadas. Va a depender de eso y la conservación”, complementó.

Señales de que ya no pueden consumirse

Evelyn Sánchez señaló cuáles son los indicadores de que estos alimentos ya no deben ser consumidos.

“La presencia visual de microorganismos como hongos o moho, es un claro indicador de que el alimento está en mal estado y ya no puede consumirse. Recordar que no basta con eliminar solo la parte en que están visibles estos microorganismos, se debe descartar el alimento completo”, comentó.

Otras señales, según explicó, son: olor fuerte, pérdida de la turgencia y la presencia visual de alteración en sus características físicas.

Cómo prolongar su vida útil

Evitar el desperdicio de alimentos es una preocupación importante a nivel mundial, por lo que planificar las compras y tomar las medidas de almacenamiento adecuadas debería ser una preocupación para los consumidores.

La académica de la Escuela Nutrición y Dietética de UDLA, detalló que para prolongar la vida de frutas y verduras, se debe “evitar excesiva exposición a la luz, altas temperaturas y ambientes húmedos”.

Así también recomendó que “luego de la compra, guardar rápidamente para que no sigan en las bolsas, permitiendo con esto su ventilación y temperatura adecuada”.

Sánchez también aconsejó “separar las frutas maduras, ya que estas aceleran la maduración de las demás. Las verduras de hoja verde es conveniente guardarlas en frascos de vidrio o contenedores herméticos refrigerados, para esto se deben lavar previamente y secar bien, idealmente envueltas en papel absorbente”.

Apio, brócoli y zanahoria, recomienda envolver y almacenar en el refrigerador. En tanto, papas, cebollas y ajos, aconseja guardarlos en lugares oscuros, frescos y secos en bolsas de papel con agujeros.

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cómo almacenar frutas y verduras

“Se debe evitar juntar las papas con las cebollas, ya que esto acelera su deterioro y nunca refrigerar. Los cítricos como naranjas, mandarinas y limones se recomiendan almacenar en lugares frescos con adecuado flujo de aire”, añadió.

Finalmente, indicó que “las manzanas deben almacenarse alejadas de las otras frutas, ya que generan un gas llamado etileno que acelera la maduración de los alimentos. Los tomates no se recomiendan refrigerar, idealmente mantener en ambiente fresco y alejado de fuentes de calor”.