De diferentes tipos y presente en diversas preparaciones, para muchas personas la sal puede ser la clave de sus platos.

Así, este condimento ha pasado a ser algo tan típico, que a veces obviamos algunas cosas como sus propiedades, cuánto debemos consumir o los problemas asociados a su alta ingesta.

De acuerdo al Reglamento Sanitario de los Alimentos (RSA) del Ministerio de Salud, la sal comestible “es el cloruro de sodio proveniente de depósitos geológicos, de lagos salados o de agua de mar”.

“Se incluye en esta definición aquella destinada al consumo directo, así como aquella destinada a la elaboración y preparación de alimentos por la industria”, complementa el escrito.

Sobre su composición, se indica que debe contener un mínimo de 97% de cloruro de sodio, además de incluir yodo adicionado (concentración entre 0,02 y 0,06 gramos de yodo por kilogramo del producto).

¿Cuánta sal puedo consumir al día?
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Beneficios

¿Es necesaria la sal en la dieta? Daniela Gómez, académica disciplinar del Centro de Atención Nutricional de la Escuela Nutrición y Dietética de Universidad de Las Américas (UDLA), conversó con Página 7 y entregó la respuesta.

“Debemos incluirla en nuestra alimentación diaria, debido a que el sodio es un mineral que cumple diversas funciones en nuestro organismo”, sostuvo.

Agregó que “es responsable de la transmisión de los impulsos eléctricos en las células nerviosas y en los músculos, y es indispensable para la formación de proteínas y de células nuevas”.

¿Cuál es la más saludable?

Existen varios tipos, como la sal común o de mesa, sal de mar, flor de sal, sal rosada del Himalaya, sal hiposódica o baja en sodio, sal ahumada, sales de sabores o sal negra. Pero, ¿cuál será la más saludable?

¿Cuánta sal puedo consumir al día?
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Al respecto, la profesional comentó que “en la actualidad, no hay estudios concluyentes que determinen que el consumo diario de una u otra sal aporten propiedades, beneficios o efectos positivos en la salud de las personas”.

“Es por esta razón que el consumo debe estar determinado por la cantidad diaria recomendada y la elección generalmente va a depender del gusto, preferencia del consumidor y del valor en el mercado”, añadió.

Y la cantidad recomendada, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es 5 gramos al día para personas sanas que no presenten enfermedades crónicas o patologías asociadas a su consumo, lo que equivale a una cucharadita.

Riesgos

La Encuesta Nacional de Salud (ENS) 2016-2017, herramienta que utiliza el Ministerio de Salud para saber qué enfermedades y qué tratamientos están recibiendo hombres y mujeres de 15 años y más, reveló que en nuestro país se consume 9,4 gramos de sal al día, casi duplicando la norma OMS.

¿Qué pasa si no respetamos la cantidad diaria recomendada? Gómez explicó que “el exceso de cloruro de sodio aumenta la cantidad de agua fuera de la célula, lo que provoca retención de líquido (edema)”.

“También aumenta la presión de la sangre, es decir hipertensión arterial, que se asocia al desarrollo de enfermedades cardiovasculares”, agregó.

Pero cuidado, que también una disminución puede derivar en hiponatremia, que se produce cuando la concentración de sodio en la sangre es anormalmente baja. Desde una enfermedad oculta hasta beber demasiada agua hacen que el sodio del cuerpo se diluya, consignó Clínica Mayo.

Controlar el consumo

No solo debes preocuparte por la sal de mesa, ya que muchos alimentos contienen sodio como el pan, la pizza, los fiambres, el tocino o el queso. También hay fuentes naturales como los vegetales, lácteos, carnes y mariscos.

En ese sentido, la nutricionista entregó algunas recomendaciones para controlar el consumo. “Eliminar el salero y no agregar sal mientras se realizan las preparaciones”, dijo.

“Podemos utilizar condimentos naturales para aliñar las preparaciones como orégano, laurel, pimienta o comino. Esto entregará sabor y no será necesario incluir sal”, aconsejó.

Del mismo modo, la profesional llamó a preferir alimentos naturales y, en caso de ser enlatados, lavarlos con agua potable antes de consumirlos.

Por último, Gómez recomendó preparar salsas y aderezos en casa para una versión baja en sodio o hervir pollo con vegetales y usar el caldo para elaborar una sopa sin sal agregada.

Según la OMS, se estima que cada año se podría evitar 2,5 millones de defunciones si el consumo de sal a nivel mundial se redujera a lo recomendado.