Ducharse en la mañana y antes de comenzar nuestra rutina es ideal para despertar, sobre todo si hemos dormido mal y nos ha costado levantarnos.

Janet Kennedy, psicóloga y especialista en problemas de sueño que trabaja en Nueva York, señaló al medio The New York Times que esta práctica antes de iniciar tu día laboral o las actividades que acostumbras a realizar, incrementa el estado de alerta.

En tanto, para quienes tienen insomnio es mejor que tomen una ducha en la noche, aproximadamente una hora y media antes de acostarse.

“El cuerpo se enfría naturalmente a medida que se acerca la hora de acostarse, en sincronía con el ritmo circadiano”, explicó, añadiendo que “ducharse aumenta artificialmente la temperatura nuevamente y permite un enfriamiento más rápido, lo que parece acelerar el sueño”.

Mónica Valenzuela, directora de la Escuela de Enfermería de la UDLA, explicó a Página 7 que “independiente de la hora en que se realice el baño, es importante considerar -en el invierno sobre todo- que hay que protegerse de las corrientes de aire y cambios bruscos de temperatura que puedan incidir en la salud de las personas, específicamente en adultos mayores y niños menores de dos años, sobre todo si tienen problemas de salud respiratoria”.

Con respecto a si es mejor ducharse en la mañana o en la noche, señaló que hacerlo temprano es recomendable para quienes necesitan comenzar la mañana de forma ágil, “ya que te activa y ayuda a tener un mejor despertar”.

En tanto, la segunda opción la recomendó para quienes deseen relajarse o aliviar algún dolor muscular. En este caso, dijo que se debe usar agua tibia, “ya que ayuda a la vasodilatación de la piel a nivel periférico y la temperatura produce relajo”.

Ni agua fría ni caliente. Según dijo, la temperatura debe ser siempre tibia, sea invierno o verano, para proteger la piel.

¿Y la duración?

El doctor Gary Goldenberg, quien también es dermatólogo en Nueva York y profesor de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai, recomienda no tomarse más de 10 minutos en la ducha y explica por qué el agua no debería estar caliente.

“Las duchas muy calientes tienden a quitar el aceite de la piel y tienden a irritarla. Mientras más tiempo permanezcas en el agua, mayores serán las posibilidades de que seque tu piel”, expresó, según el medio estadounidense.

en qué horario es recomendable ducharse
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Algo en lo que coincide la dermatóloga de la misma ciudad Sejal Shah, quien explicó a Women’s Health que “el agua caliente hace que la piel pierda sus aceites naturales, se seque, pique y, finalmente, aparezca un eccema y pierda su color”.