El cuidado de la piel es una de las rutinas que todos deberíamos tener a diario, aunque solo apliquemos factor solar en el rostro, para así prevenir una serie de enfermedades.

Y dentro de los productos básicos para mantener nuestra piel hidratada está el agua termal o bruma facial, la cual proporciona no solo mayor humedad a nuestra piel, sino que incluso puede ayudar a calmar ciertos signos de la piel.

Según explicó el dermatólogo Didier Guerrero a El País, “la mineralización específica del agua explica una parte de sus propiedades, particularmente por su acción sobre las células epidérmicas que forman la superficie de la piel, ya que favorece la diferenciación de estas células, perturbada en numerosas afecciones dermatológicas y permite restaurar una función de barrera de calidad”.

Y es que el descubrimiento de esta agua “milagrosa” se trata simplemente que se encuentra a 5° (grados) más que su lugar de origen. “Se originan en capas subterráneas de la tierra que se encuentran a una temperatura más elevada, y son aguas ricas en diferentes componentes y sales minerales”, comentó a la revista española Telva la dermatóloga Cristina Villegas Fernández.

¿Cuál es su función?

Estas ayudan a hidratar y calmar las rojeces que se presentan en el rostro, ya que su textura ligera también permite una rápida absorción. Asimismo, se puede utilizar para refrescar la piel cuando se presentan altas temperaturas.

“Las brumas faciales son una buena opción por su textura ligera. Además, tienen una aplicación más rápida, que requiere trabajar menos el producto sobre la cara para su absorción. Esto es importante, ya que la piel puede llegar a estar irritada por el propio uso de mascarillas, y la aplicación de una crema puede ser incómoda, incluso dolorosa”, detalló la profesional María Murrillo a revista Clara.

Al mismo tiempo, esta explicó que se debe tener en cuenta que pese a que es un producto básico para el cuidado de la piel, no es universal para todo tipo de pieles, puesto que existen alrededor de cuatro composiciones diferentes que te contamos a continuación:

CONTEXTO | Pixabay (cc)
CONTEXTO | Pixabay (cc)

Piel seca: Son recomendadas para personas con piel madura o seca, ya que dentro de sus ingredientes contienen ácido hialurónico o ultrahidratantes como la leche.

Piel normal a mixta: Se sugieren para personas con pieles con zonas más secas y otras grasas, ya que cuentan con una mezcla de varios ingredientes y fórmulas. Entre ellas destacan el agua de rosas o los aceites esenciales.

Pieles grasas: Para este tipo de pieles se recomienda usar brumas más ligeras, idealmente con agua de rosas, evitando aceites y siliconas.

Pieles muy sensibles: La mayoría de estos productos contienen ingredientes calmantes, pero como es un caso especial, siempre es recomendable consultar con tu especialista de cabecera.

¿Cómo se aplica?

La aplicación del agua termal no tiene mayor complejidad, ya que el producto solo debe posicionarse a unos 20 centímetros del rostro, con los ojos cerrados, y luego apretar el spray.

En dicho caso, los expertos recomiendan unas tres pulverizaciones para lograr un resultado perfecto.