Muchas veces hemos notado que en nuestro cuerpo nos apareció de un día para otro un nuevo lunar, situación que en ocasiones nos pone en alerta.

Uno de estos melanomas más comunes son los lunares de carne o acrocordones, aquellas protuberancias de piel que pueden aparecer principalmente en las áreas del cuello, axilas y en la ingle, mismos que según aseguró la dermatóloga de la Clínica Dávila, Daniela Saavedra, “son frecuentes y molestan principalmente por su estética y picazón”.

“Esos lunarcitos de carne que la gente tiene comúnmente, en realidad, no son lunares. Se llaman fibromas blandos, acrocordones, antes se le llamaba papiloma, pero ya no se les llama así porque no tiene nada que ver con un virus”, explicó la especialista.

Eso sí, la experta manifestó que se trata de “lesiones benignas, básicamente se sacan porque molestan, porque pican y es poco estético”.

Por otro lado, la dermatóloga de la Clínica Alemana, María Soledad Aspillaga sostuvo que este tipo de lunares “miden aproximadamente tres milímetros de diámetro, son blandos, móviles y asintomáticos, pero se pueden torcer sobre sí mismos, inflamar y doler”.

“Esta piel sobresaliente no se disemina a otras partes del cuerpo y aparece, generalmente, entre los 20 y 30 años de edad, tanto en hombres como en mujeres, por causas genéticas”, comentó.

¿Cuándo asistir a un especialista?

En ese sentido, Aspillaga es enfática en señalar que si bien no son peligrosos se debe estar alerta sobre un desbalance hormonal. “Cuando se producen en grandes cantidades o sobre una base de piel más café y gruesa se puede sospechar de problemas asociados a la glucosa u otras enfermedades. En estos casos, se debe consultar a un especialista”, indicó.

lunares de carne
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En tanto, la dermatóloga Saavedra manifestó que incluso podrían estar relacionados “a la resistencia a la insulina. Entonces en general si uno ha subido de peso, está un poco más gordito, también es recomendable un chequeo de exámenes”.

¿Cómo se eliminan estos lunares?

Según el sitio de medicina Cigna, existen tres modalidades para eliminar este tipo de protuberancias benignas si son molestas para el paciente.

Cortándolo: Una de las maneras más antiguas es cortar el acrocordón con un bisturí o tijeras quirúrgicas. En ese panorama, desde el sitio explican que “algunos lunares se pueden cortar a ras de piel. Otros lunares pueden tener células que se extienden hasta debajo de la piel, por lo que su médico podría tener que hacer un corte más profundo para extraer el lunar entero y evitar que vuelva a crecer”.

Cómo eliminar un lunar de carne
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Congelándolo con nitrógeno líquido: Este proceso consiste en que el especialista aplica sobre el lunar una cantidad de nitrógeno líquido a una baja temperatura por medio de un hisopo o un aerosol. “Es posible que le salga una pequeña ampolla en el lugar donde se encontraba el lunar o el acrocordón, pero sanará por sí misma”, sostienen.

Quemándolo: La intervención consiste en aplicar una corriente eléctrica a través de un alambre que se calienta y se usa para quemar las capas superiores de la piel, ayudando a prevenir el sangrado. “Es posible que el procedimiento duela un poco, pero el médico adormecerá la zona con un anestésico antes de que comience. Estos procedimientos no suelen dejar cicatrices ni marcas”, explican.

¿Y los tratamientos caseros?

En ese sentido, desde el sitio especializado sostienen que usar cortauñas para cortar lunares de carne, o utilizar lociones para eliminar lunares pueden tener consecuencias como “sangrado, infección y cicatrices. Y es importante que su médico compruebe los lunares antes de que se eliminen. Es mucho más seguro hacer que el médico le quite los lunares y los acrocordones en vez de hacerlo usted”.