Las ensaladas son, sin duda, parte importante en una alimentación saludable.

En este sentido, la lechuga es una de las preferidas por su sabor, lo fácil de preparar y lo bien que combina con otros vegetales.

Sin embargo, en torno a esta verdura existen algunos mitos que a continuación te detallaremos:

Provoca hinchazón:

Algunas personas atribuyen su hinchazón al consumo de la lechuga, culpando de esto al proceso de fermentación intestinal, no obstante los especialistas aseguran que el nivel de gas que produce la lechuga es el mismo de un filete por ejemplo, de acuerdo al portal El País.

En este aspecto, lo que realmente generan los gases, es un descenso del diafragma, lo que provoca esa distensión abdominal, de acuerdo a científicos españoles del Hospital Vall d’Hebron. Por esta razón llaman a no eliminar este alimento, sino que a corregir esa respuesta somática.

Retención de líquidos:

Existe el mito de que la lechuga genera retención de líquidos e incluso que engorda, sin embargo, esto está muy lejos de ser verdad.

Lo que realmente puede provocar retención al consumir esta verdura es la cantidad de sal con que se aliña. Es por esta razón que los expertos recomiendan poner el aliño en la base del recipiente en el que se preparará.

No comerla sola:

Más del 95% de una hoja de lechuga es agua y solo contiene 1,4 gramos de carbohidratos y 1,5 de fibra por cada 100 gramos. Sin embargo, es una fuente importante de vitamina C y folatos. Una ración de lechuga de 100 gramos cubre el 15% de las ingestas recomendadas de vitamina C, que contribuye a la formación de colágeno y mejora la absorción de hierro.

Sin embargo, dado la cantidad de agua que tiene su aporte de nutrientes “tampoco es para lanzar cohetes”, aseguró Laia Gómez, dietista-nutricionista de la Clínica Alimmenta. Por lo tanto para optar por un plato sólo de lechugas, aconseja acompañarla con otros vegetales, frutas o frutos secos para aumentar la cantidad de nutrientes.