En octubre del 2019 un cambio importante comenzó a vivirse en nuestro país el cual trajo, entre otras cosas, acontecimientos sociales y momentos personales de mucha violencia, dolor y rabia que incluyeron escenas de vandalismo, pillaje y destrucción de una violencia y crudeza pocas veces antes vistas.

Todos fuimos testigos de estas escenas a través de la televisión o las redes sociales y no pocos chilenos las vivieron en carne propia. Lo anterior implica, en el plano personal, una experiencia traumática, que puede incluir vivencias de miedo extremo o directamente haber sufrido algún daño o menoscabo físico, psicológico o material.

Con el tiempo transcurrido y la mantención de estos actos, surgen nuevas preocupaciones y angustias producto de la incertidumbre del futuro, posible pérdida de trabajo, enfrentar deudas, cambios de la cotidianidad, turnos, disminución de los ingresos, etc., provocando cambios en el estado de ánimo y no pocas veces alteración en las relaciones familiares y laborales.

Así lo asegura a Página 7 Teresa Soto-Aguilar Opazo, psicóloga clínica, quien asegura que “lo anterior provoca que con el tiempo se vayan acumulando recuerdos traumáticos que reforzados por otras experiencias negativas hacen que el diario vivir sea complejo y difícil, ante lo cual se desarrollan estrategias y actitudes de defensa para enfrentar el día a día”.

La especialista explica que el trastorno de estrés postraumático (TEPT), suele surgir cuando una persona ha estado expuesta a una situación o acontecimiento traumático (muerte de personas, amenazas o daño de la integridad física o la de cercanos, sensación de grave peligro, pérdida de seguridad personal, quiebre o inestabilidad de las actividades rutinarias por violencia, por amenazas o por imposibilidad dado el contexto social…).

Las personas que viven este trastorno suelen tener recuerdos o sueños recurrentes e intrusivos sobre la situación o acontecimiento en cuestión, muchas veces son tan nítidos y con una respuesta emocional tan intensa que llegan incluso a tener la sensación de que el suceso traumático está ocurriendo nuevamente.

Teresa Soto-Aguilar detalla que “pueden experimentar imágenes recurrentes o sensaciones del suceso y manifestaciones fisiológicas tales como sudoración excesiva o palpitaciones. Estas surgen de manera brusca producto de ciertos estímulos puntuales o sin ellos, la persona vuelve a vivenciar las imágenes, sensaciones y emociones del momento traumático, tiene un flashback experiencial”.

Cómo identificar si tengo Estrés post traumático
Pexels (cc)

Existe una alta probabilidad que se desarrollen diversos trastornos psicosomáticos, entre los que señala:

· Crisis de pánico.

· Dificultad para conciliar o mantener el sueño.

· Estado constante de alerta.

· Irritabilidad.

· Dificultad para concentrarse.

Si la situación traumática se mantiene en el tiempo pueden surgir otros problemas o síntomas tales como:

· Distorsión de los recuerdos de la vivencia traumática.

· Somatizaciones en el aparato digestivo o cardiopulmonar.

· Dolor crónico.

· Alteraciones en la percepción de sí mismo.

· Sentimientos de culpa o vergüenza, baja autoestima y autoconcepto, sensación de incomprensión, desesperanza.

· Conductas autodestructivas, ideación suicida.

· Disociación o síntomas disociativos.

· Otros trastornos de ansiedad relacionados: fobias, ansiedad generalizada, trastornos en la alimentación.

· Problemas de tipo conductual y en las relaciones con los demás.

· Aislamiento social.

· Depresión.

· Trastornos obsesivos.

· Consumo de drogas.

“Lo vivido no es modificable, el pasado está formado por hechos fácticos, por lo tanto, ante ello se puede optar por aceptar lo sucedido y con ello alcanzar un estado de ánimo de paz que permite ver un futuro con opciones. Por el contrario, oponerse a los hechos que no se pueden cambiar conlleva a un estado de ánimo de resentimiento que bloquea el poder mirar nuevas posibilidades de acción”, señala la psicóloga clínica.

Cómo identificar si tengo Estrés post traumático
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Un hecho del pasado que provoca dolor y no se acepta puede hacer surgir las mismas emociones, sensaciones e imágenes, la persona vuelve a “sentir” lo mismo que sintió en el evento traumático, a eso se le llama estado de ánimo del re-sentimiento.

Lo que ya sucedió no se puede cambiar, pero sí se puede trabajar en las secuelas que el trauma ha dejado en el cuerpo, en la psiquis, en el alma, explica Soto-Aguilar.

“Así, el trabajo a realizar con pacientes que presentan algunos de los trastornos antes enumerados lo enfrento desde la psicología clínica (psicoterapia) y/o desde la hipnosis clínica (hipno terapia), con el objetivo de enfocarse en recuperar la sensación de control sobre sí mismo, disminuir la ansiedad o la depresión, manejar el estado de alerta, la rabia hacia sí mismo u otros, manejar los flashback y controlar los trastornos psicosomáticos”, detalla la también hipnoterapeuta.

Lo anterior, dice, con el objetivo de “alcanzar un nivel de estabilidad emocional y psicológica que permita poder centrarse en el presente y mantener la capacidad de atención en el aquí y en el ahora, pudiendo proyectarse hacia el futuro con confianza y visualizando nuevas oportunidades de acción para su progreso personal, social y económico”.