Este sábado 7 de Septiembre tendremos que adelantar una hora nuestros relojes, dando inicio al horario de verano, con días más largos y con más luz solar, lo que puede traer algunos desajustes en nuestro organismo.

Como es de prever, los niños y los adultos mayores son quienes podrían verse mayormente afectados ante este cambio de horario. Según explica la doctora María del Pilar Scarzella de Mediclic, “Pueden presentarse dolores de cabeza, cambios en los estados de ánimo, sensaciones de hambre y verse afectada la calidad del sueño”, comenta.

Asimismo, la especialista agrega que “mientras tanto llega el verano, aún tendremos horas de oscuridad por la mañana, que es justamente lo que hace que las personas amanezcan con más sensación de cansancio o de no haber dormido suficiente. El nivel de alerta podría estar más bajo durante las primeras horas de la mañana, e incluso, podría haber sensación de cansancio o fatiga”, explicó Scarzella.

Por lo mismo es que la profesional brindó una serie de consejos para que este cambio no nos pille por sorpresa:

1. Se  recomienda que unos dos o tres días antes de este cambio de hora, comencemos a acostarnos 15 minutos antes de lo habitual. Así al adelantar 45 minutos más de sueño, no sentiremos el impacto de la hora que perderemos.

2. Como las mañanas serán más oscuras, también se aconseja exponernos a luz artificial, ojalá fría o llamada también luz día, al momento de despertarnos.

3. La siesta debe ser considerada solo como una ayuda para tomar un poco de energía durante el día si es necesaria y no debe exceder los 30 minutos. Debido a que ésta no recupera el sueño perdido y más aún, si la excedemos, podría quitarnos el sueño de la noche siguiente.

4. Extremar las medidas de higiene del sueño, tales como:

– Mantener el horario constante para acostarse y levantarse.
– Hidratarse.
– Comer sano.
– Evitar ejercicios intensos por lo menos tres horas antes de dormir.
– Evitar exponerse a pantallas o luces mínimo dos horas antes de disponerse a dormir y después de las 20 horas usar luces bajas, cálidas e indirectas.

¿Cómo afecta a los niños?

Es importante realizar algunas intervenciones los días previos sobre todo con los niños. Por ejemplo, la neuróloga infantil de Clínica MEDS, Carolina Giadach, señala que “lo principal es cambiar los horarios de manera gradual y disminuir los efectos de un cambio brusco. Es por esto que se sugiere evitar siestas, acostarlos 15 a 30 minutos antes y adelantar horarios de alimentación y actividad física también unos 15 a 30 minutos, ya que todas las funciones están coordinadas y relacionadas”, manifestó la experta.

Por otro lado, Giadach, indicó que se debe “evitar la actividad física vigorosa previo al horario de dormir y realizar ésta de forma y con luz diurna. Junto con esto, se debe evitar el consumo de bebidas y alimentos estimulantes cómo el café, té y chocolate 4 horas antes de dormir”, argumentó.

Otro aspecto a considerar es la influencia que la tecnología puede provocar en los menores, por lo que la especialista de MEDS recomienda realizar “actividades relajantes y evitar la exposición a pantallas y luz una hora antes de la hora que se desea dormir”.

cambio de hora sueño
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¿Cuales son los efectos en el día?

Los efectos típicos que el cambio de horario provoca en los más pequeños son cansancio, fatiga, dificultades para concentrarse, menor rendimiento escolar, irritabilidad o falta de apetito. “Pero no hay que alarmarse en unos cuantos días, la prueba del cambio de hora suele estar superada”, afirma la psicopedagoga de la Red Educacional Cognita y del Colegio Pumahue de Huechuraba, Lizette Lacourt.

La especialista de la Red Educacional Cognita, también destaca que se debe explicar a los niños/as que se va a oscurecer más tarde, “es importante conversar con ellos los cambios que van a suceder, recordando que ellos necesitan entender lo que los rodea, comprendiendo que es un período de adaptación”.

Otro punto importante es el hacer ejercicio y jugar con ellos durante el día, de esta forma se activará el cuerpo, dando energía para poder llegar en mejores condiciones al final del día.

Por último hay que sincronizar todos los relojes para evitar la descoordinación de las alarmas y horarios que rigen la rutina diaria.