Pese a los días de bajas temperaturas, sobrecalentar ambientes es perjudicial para la vía aérea, provocando broncoconstricción y modificaciones en el sistema inmune, que predisponen a los resfríos u otras afecciones respiratorias.

Las bajas temperaturas registradas en varias ciudades del país obligan no sólo a tomar medidas para mitigar el impacto, sino prevenir el contagio de enfermedades respiratorias, que durante las próximas semanas alcanzan el peak.

Estas acciones contemplan el encendido de estufas y calefactores para paliar el frío, lo cual nos ayudará a mantenernos temperados pero, a su vez, pueden constituir una fuente de problemas al exponernos a nefastos cambios de temperatura.

Graciela Sanhueza, académica de la carrera de Enfermería de Universidad de Las Américas, comenta que “muchas personas calefaccionan sus hogares a temperaturas muy altas, con el consecuente problema de enfrentar cambios bruscos de temperaturas al tener que salir del hogar. Ello genera en el cuerpo reacciones adversas, principalmente en la vía aérea, provocando una broncoconstricción y modificaciones en el sistema inmune, que predisponen a los resfríos u otras afecciones respiratorias en pacientes principalmente crónicos e inmunodeprimidos”.

Cuidado con la humedad

La enfermera UDLA explica que existen otras malas costumbres al interior de los hogares, que empeoran las condiciones. Entre estas, señala que un número importante de padres y cuidadores tienden a sobreabrigar a los niños cuando hace frío, generando que estos transpiren y se mantengan húmedos.

También existe la creencia de hervir hojas de eucaliptos y dejarlas en un recipiente con agua sobre la estufa para humidificar el medio ambiente, pensando que nos ayudará para respirar mejor. O secar ropa húmeda cerca de estufas para aprovechar el calor de estas. Todo lo anterior puede resultar nocivo para la salud, favoreciendo además la instalación de enfermedades respiratorias o exacerbaciones de patologías respiratorias crónicas.

Lo recomendable, indica Graciela Sanhueza, es evitar estas acciones y disminuir la humedad dentro del hogar y ambientes sobrecalentados, pues el cambio de aire al salir de la casa no debiese marcar grandes diferencias.

De manera paralela, y dándole la bienvenida a los meses de invierno, señala que hay que reforzar con la vacuna anual contra la influenza, especialmente aquellas personas que están dentro de los grupos de riesgo y que son las llamadas a participar en este proceso.

El lavado de manos también constituye una medida que disminuye la carga bacteriana, lo que junto con una alimentación saludable -rica en frutas y verduras- aporta en mantenernos sanos y protegidos.