La historia de John Sarcona ha impactado en Estados Unidos y en el mundo, debido a su complejo caso que inició cuando tenía 5 años, que fue cuando se confirmó, tras una serie de exámenes, que sufría de dos graves enfermedades.
Todo arrojó que el joven padecía de escoliosis y cifosis, dos trastornos que afectan brutalmente a la espalda y que impiden un crecimiento normal. En 13 años, el menor tuvo que pasar 17 veces por pabellón para corregir su problema, sin encontrar un resultado satisfactorio.
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Según la Asociación Americana de Cirujanos Neurológicos, la escoliosis, es una curvatura de la columna vertebral de un lado a otro, mientras que la cifosis es la flexión de la columna vertebral hacia delante en la parte superior de la espalda, por lo que queda como un apariencia de jorobado. Para combatir contra estas enfermedades, debió ocupar por mucho tiempo un aparato ortopédico para corregir su postura, pero no fue suficiente.
Tras 16 operaciones a su columna vertebral, que en su mayoría consistieron en modificar el tamaño de unos implantes metálicos para mejorar la posición de su esqueleto, fue en la 17 que la vida de John Sarcona comenzó a cambiar para siempre. Con 19 años, el joven pudo finalmente deshacerse de las barras, pero no porque estaba mejorando, sino porque ya no lo estaban ayudando.
Fue aquí donde apareció un médico que prácticamente le salvó la vida a John, Lawrence Lenke, cirujano jefe del hospital Daniel y Jane Och Spine en New York-Presbyterian y expresidente de la Sociedad de Investigación de la Escoliosis. Ante los antecedentes médicos ya sabidos de sus enfermedades, el joven comenzó a sufrir problemas de cicatrización producto de las constantes operaciones, sumado a que el daño de su columna le estaba generando un problema al respirar. Esto ameritaba una riesgosa, pero drástica medida.
Según lo explicado por el portal de CNN En Español, la propuesta de Lenke era separar la columna de John en varias partes, extraer dos vértebras, para finalmente enderezar la columna, ¿el riesgo? Dejar al paciente inválido de por vida.
Joanne, la madre, quedó aterrorizada ante esta propuesta, pero en realidad no había muchas opciones, por lo que se confirmó la intervención médica. Fue en diciembre de 2016 que John pasó por última vez a pabellón, para la operación que le cambiaría la vida.
Tras 13 horas de cirugía, y sin ninguna complicación, el joven tuvo exitosos resultados. Los cambios físicos en su cuerpo era evidentes, cambió su centro de gravedad y creció 17,8 centímetros. Además, el cambio en su físico es impresionante.
De hecho, según él mismo relata al portal Health Matters, su cirugía número 18 para él fue como una transformación a un cuerpo nuevo: “Es un sentimiento bastante loco y todavía lo recuerdo hoy. Fue casi como aprender a caminar de nuevo”.
A fines del 2017, logró lo que muchos no creyeron que podría hacer. Se graduó de la escuela secundaria, y asistió a su titulación caminando, sin ningún tipo de problema. Este 2018 ingresó a la Nassau Community College en Long Island, desde donde planea iniciar sus estudios de Medicina. Y eso no ha sido lo único, ya que también juega básquetbol y golf, casi como si nunca hubiese tenido problemas en su espalda. Un resultado realmente milagroso e inspirador.
