Para muchas mujeres tener una tormentosa relación con su pareja de años es terrible y Hayley Bienert, de California, Estados Unidos, lo sabe muy bien, ya que vivió bastante tiempo con un hombre que la maltrataba sicológicamente.
Fue así como comenzó su obsesión con la comida, pues para evadir esos malos momentos, la joven comenzó a comer como una forma de escapar del mal rato que su esposo le hacía pasar día a día.
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De acuerdo a The Sun, ese fue el inicio de un desorden alimenticio que la ayudó a subir considerablemente de peso, llegando a los 103 kilos tras comer grandes porciones de pan, bolsas de papas fritas y cuatro packs de galletas sólo en un almuerzo.
“Cada vez comencé a ganar más peso y a él no le gustaba. Una noche estuvo tomando y me dijo que ya no le atraía por el sólo hecho de ser gorda. Después de eso jamás volví a ver mi cuerpo igual nuevamente, comencé a sentirme fea, ya no me quería”, comentó al diario británico.
A esto la mujer agregó que cuando pasó los 100 kilos supo que debía hacer algo con su vida, algo para encontrar la felicidad de nuevo. Fue ahí cuando decidió dejar esa tóxica relación que sólo le traía cosas negativas y se comprometió a cambiar su físico para sentirse nuevamente linda.
“Lo primero que hice fue cortar mi pelo y teñirlo rojo. Después me uní a un programa de entrenamiento y en tres meses ya había perdido más de 20 kilos“, señaló.
Sin embargo, el ejercicio no fue la parte más difícil, sino que seguir un régimen saludable fue lo que más le complicó, ya que estaba acostumbrada a consumir comida rápida y chatarra.
Su dieta actualmente se basa en pavo, pollo y pescado acompañado siempre con verduras, dieta que junto al ejercicio la ayudó a pesar unos saludables 59 kilos.
De acuerdo al medio inglés, hoy en día la joven sueña con certificarse como una entrenadora personal para ayudar a mujeres que sufren lo mismo que ella sufrió en un momento.
