Hay muchos doctores que coinciden al decir que la parte anímica es clave para poder pasar con la mayor tranquilidad posible, los tratamientos y enfermedades. Tal fue el caso de un cirujano de Estados Unidos, que está dando cátedra en cómo tratar a un menor en situaciones como esta.

Andrew Lodge, un médico del Duke Children’s Hospital de California, tenía como paciente a Mical Olaiz, una pequeña de 5 años que sufre del síndrome del corazón izquierdo hipoplásico. Este consiste en una afección de nacimiento, que ataca directamente al lado izquierdo del corazón, lo que impide que se desarrolle con normalidad.

Esta enfermedad es tan complicada, que es necesario operar en varias ocasiones, lo que puede llegar incluso a un transplante, sin importar la corta edad del paciente, según explica el sitio Medline.

A la fecha, Mical ya lleva tres operaciones: la primera la tuvo cuando tenía apenas tres días de vida, la segunda a los tres meses y medio y la última el año pasado. Producto de esto, la niña ha quedado con cicatrices muy notorias.

Debido a estas marcas, el cirujano Lodge tomó una impensada decisión: intervenir a Mía, la muñeca de la niña. Sí, tal como lee. El médico optó por ‘operar’ al juguete para que pudiera acompañar a su dueña en este difícil proceso: “Hacer esta cirugía en la muñeca es algo pequeño pero que pudimos hacer para ayudar a que una de nuestras pacientes se sienta un poco mejor y más acompañada”.

Duke Children's Hospital
Duke Children’s Hospital
Duke Children's Hospital
Duke Children’s Hospital

Según lo publicado por la revista People, Andrew intervino por casi 15 minutos a Mía, pensando en que los niños “no se dan cuenta de las cicatrices que les quedan por las operaciones, pero a medida que crecen empiezan a concentrarse cada vez más en ellas y en la imagen de su cuerpo, por lo que pueden llegar a sentir que la cicatriz los hace diferentes al resto de los chicos”.

Lodge aseguró que es clave el hecho de que la muñeca pase por el mismo proceso de Mical, para que así “ella se sienta más confiada con su cicatriz y con todo lo que le tocó atravesar”.

¿Cuál fue el resultado de esto? Mical quedó feliz, así al menos lo manifestó a la revista People: “Estoy muy feliz de que tenga una cicatriz como yo. Hace que Mia (la muñeca) sea grandiosa y yo también”.