Sin duda convertirse en madre es algo muy emocionante e indescriptible, pero quizás esta frase puede sonar como el discurso políticamente correcto distinta a la realidad de muchas mujeres.

Y es que en la actualidad las mujeres se diferencian a las de años anteriores, particularmente de aquellas que crecían pensando en que una de sus únicas metas eran convertirse en madre de familia.

En estos tiempos, las féminas suelen prepararse para salir al mundo laboral, estudiar, forjar una carrera, y muchas veces el tema de la maternidad queda postergado o incluso no forma parte de sus intereses ni a corto ni a largo plazo.

La socióloga israelí, Orna Donath, realizó una investigación respecto a aquellas mujeres que se arrepintieron de ser madres, donde 23 valientes decidieron dar su testimonio para concientizar lo que pasa hoy con muchas que guardan silencio.

Según la autora, el problema radica principalmente en la presión social que existe. ¿Qué quiere decir esto? que muchas mujeres tuvieron hijos no por decisión, sino que por obligación. “La sociedad las empuja hacia una decisión y las deja solas”, declara la socióloga.

Una de las conclusiones que se desprenden del estudio, es que existe el sentimiento que la sociedad castiga con dureza al arrepentirse ser madre, más que el no querer serlo.

Sin temor a reconocerlo

La psicóloga Laura García Agustín, directora del Grupo Clavesalud, explicó que en sus años de carrera ha recibido en su consulta a muchas féminas que viven esta situación en silencio, por el temor al prejuicio.

“Ellas mismas se consideran un monstruo por sentir ese arrepentimiento aún adorando a sus hijos y siendo madres excelentes y abnegadas. Así que callan por miedo al rechazo social, a ser juzgadas y a no ser entendidas”, explica la experta.

Pero es que tener este sentimiento no es sinónimo de odiar a los hijos, simplemente es haber tomado la decisión incorrecta, declara la especialista en Psicoterapia por la Federación Europea de Asociaciones de Psicología, Carlota Boyer.

“Siempre que escogemos un camino dejamos otro sin recorrer y podemos pasarnos la vida arrepintiéndonos de no haber tomado ese otro”, indica Boyer, agregando que “para las mujeres, tener hijos significa un gran trabajo, muchas renuncias, sacrificios, preocupaciones, cambios de prioridades e incontables horas dedicadas a ellos, y esto no es fácil“.

Más para las actuales generaciones que buscan ampliar sus horizontes en distintas áreas que antes no se consideraban. “El problema es que no siempre se piensa en todas estas cosas antes de tenerlos y eso hace que a veces en esta ardua tarea pueda aparecer el arrepentimiento”, señala la psicóloga.

Parejas millennials

El libro Madres Arrepentidas de Orna Donath es sólo un atisbo de lo que pasa con las actuales generaciones. Un estudio realizado en Estados Unidos, a principios de los 2000, comprobaba que el 3% de 7000 encuestadas, sentían remordimiento de ser madre, y aunque la cifra no es alta, deja entrever que algo está cambiando.

Esto se ve reflejado principalmente en los denominados millennials: y es que las parejas de esta generación suelen tener otras prioridades, optando por experimentar nuevas vivencias como viajar y/o tener una mejor situación económica antes de convertirse en padres (si es que quieren serlo).

¿Qué hacer ante el arrepentimiento?

Si eres de las que tiene el sentimiento, lo mejor es hablarlo, según los expertos. “Los sentimientos no expresados, no compartidos, se enquistan y provocan serios trastornos emocionales y una gran insatisfacción personal. Es más, muchas mujeres somatizan esta culpa, esta vergüenza o frustración por sentirse arrepentidas y acaban enfermándose físicamente”, asegura Carlota Boyer.

La psicoterapeuta explica que si este ejercicio de verbalizar no se aplica, puede traer graves consecuencias para la madre y los hijos. “No se odia con la misma intensidad un año tras otro. Pero se puede llegar a casos extremos, como madres que se desentienden de sus hijos a medida que estos crecen“, relata.

Finalmente, la psicóloga declara que no hay nada de malo en creer que la vida sin hijos hubiese sido mejor,  y en este sentido Laura García Agustin, entregó algunas recomendaciones para sobrellevar esta situación.

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