La llegada de un hijo tiende a ser sinónimo de alegría en cualquier familia, sin embargo, a veces las cosas no salen como todos esperan y la realeza británica no es la excepción.
La relación entre Diana de Gales y el príncipe Carlos siempre fue compleja, lo que ha quedado en evidencia en varios documentales y libros que tratan sobre su vida, abarcando los primeros años como matrimonio, la llegada de sus hijos y la inminente crisis que acabó con su relación.
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En este contexto, la supuesta infidelidad de Carlos no fue el único dolor que vivió Lady Di a causa de su marido, ya que cuando nació su segundo hijo, Harry, el heredero al trono no se portó muy bien con Lady Di.
Cuando Diana quedó embarazada, la pareja se acercó un poco más pese a que ella sabía de los rumores de su romance con Camilla Parker. “Carlos y yo estuvimos unidos antes de que Harry naciera más de lo que nunca habíamos estado y jamás estaríamos. (Pero) De pronto, cuando Harry nació nuestro matrimonio se fue por la alcantarilla”, dice ella en una grabación publicada por Morton en el documental Diana: en sus propias palabras, según consignó BioBioChile.
¿Qué pasó cuando nació Harry?
Según Diana, Carlos esperaba tener una niña, ya que era una especie de sueño que tenía hace mucho tiempo, y cuando supo que no sería así su decepción fue grande.
“Yo sabía que sería un niño porque lo vi en el ultrasonido, pero Carlos quería una niña. Quería dos hijos, pero una niña. Sabía que Harry sería un niño y no se lo dije”, señaló Diana.
Fue así que cuando nació el menor de sus hijos, la reacción de Carlos rompió el corazón de Diana. El príncipe se limitó a decir con desdén: “Dios mío es un niño y hasta tiene pelo rojo“.
Para Lady Di fue un comentario terrible, principalmente por las nueve horas de parto al natural que tuvo que vivir y porque sus palabras respecto al color de pelo ocultaban sospechas de paternidad.
No obstante, tal como consignó el medio nacional, el pelo rojizo de Harry no era extraño en la familia Spencer (la familia de Diana) puesto que tanto sus hermanas mayores como su hermano menor, Charles Spencer, tenían el mismo tono.
“Algo dentro de mí se rompió. En ese momento supe (Carlos) que volvería con su dama”, dijo Lady Di refiriéndose a Parker Bowles.
Frivolidad al máximo
Al día siguiente que nació el príncipe Harry, el 15 de septiembre de 1984, el niño fue presentado al público y luego partieron a su hogar en el Palacio de Kensington.
Allí Diana vivió una nueva decepción. Esto porque según la prensa de la época, apenas una hora después de instalarse en el palacio, el príncipe Carlos decidió ir a jugar Polo con sus amigos.
Y como si eso fuera poco, en el bautizo del niño, Carlos no se aguantó y lanzó un fuerte comentario a su suegra, Frances Kydd, sobre Harry. “Estábamos muy decepcionados, pensamos que sería una niña”, dijo él mientras Kydd reaccionaba sorprendida.
“Mamá movió la cabeza bruscamente y dijo: ‘Debes darte cuenta de la suerte que tienes de tener un hijo que es sano’“, reveló la princesa en sus conversaciones con Morton.
Aun así, con el paso del tiempo la relación entre Carlos y Harry se fue profundizando y hoy en día son muy unidos, incluso más que con su hijo mayor, el príncipe William.
Algo que quedó manifestado en el reciente matrimonio con Meghan Markle, donde el futuro rey de Inglaterra fue el encargado de llevarla al altar, luego que el padre de la duquesa no pudiera asistir.
“Cuando le pedí que lo hiciera, creo que sabía que iba a llegar ese momento, inmediatamente dijo que sí: ‘Sí, por supuesto, haré lo que Meghan necesite. Y estoy aquí para apoyarte’”, recordó Harry en un documental por los 70 años de vida de Carlos. “Le estoy muy agradecido por haber hecho eso”, añadió.
Por otro lado, el nacimiento de su nieta la princesa Charlotte, pudo finalmente cumplir su ilusión. De hecho, antes del nacimiento de la pequeña, él insinuó que tenía los dedos cruzados para que fuera niña, por lo que cuando sucedió no daba más de alegría. “Esperaba una nieta, alguien que me cuide cuando sea muy viejo. Realmente estoy emocionado”, señaló en esa ocasión.
