James Middleton es el hermano menor de Pipa y Kate. A sus 31 años, el hombre es un exempresario que si bien se ha mantenido alejado del escarnio público, recientemente sorprendió al mundo con una confesión que la propia duquesa lo animó a realizar.
El británico es el hijo más joven de Michael y Carole Middleton, y desde muy joven llevó a cabo un exitoso negocio de pastelería que hoy en día está desaparecido.
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Y es que al parecer los estudios nunca han sido el fuerte de este joven que a temprana edad supo que padecía dislexia. James abandonó sus estudios universitarios de Gestión de Recursos Ambientales en la Universidad de Edimburgo, sin embargo, eso no fue impedimento para arriesgarse en los negocios.
Al poco tiempo abrió su propia pastelería llamada The cake kit company, la que no funcionó y su nuevo proyecto relacionado a la personalización de marshmallows, Boomf, tampoco.
Actualmente, trabaja como guía turístico en un hotel escocés, que se coordina en colaboración con la cadena Oetker Collection.
Asimismo, en septiembre de 2018, se supo que organizaba fiestas de acecho de ciervos en la finca Glen Affric, propiedad de David Matthews, suegro de su hermana Pippa.
Su dura lucha contra la depresión
Hace algunos días, a través de una columna publicada en el medio británico Daily Mail, James se sinceró y habló de cómo vivió los años más difíciles de su vida, tras ser diagnosticado con depresión.
“Sé que estoy muy bendecido y vivo una vida privilegiada, pero eso no me hizo inmune a la depresión. Es difícil describir esta condición. No es solo tristeza, es una enfermedad, un cáncer de la mente“, señaló en uno de los párrafos de su extenso testimonio.
En su relato, señaló que su estado no era “un sentimiento” sino más bien la ausencia de ellos. “Existes sin propósito ni dirección. No podía sentir alegría ni emoción, solo la angustia me empujaba a salir de la cama por la mañana. En realidad no contemplé el suicidio, pero tampoco quería vivir en el estado de ánimo en el que estaba“, se sinceró.
En su texto también reconoció que tanto su hermana mayor como su esposo, el príncipe William y también el príncipe Harry, lo animaron a hablar sobre la depresión clínica que lo afectó a finales de 2016. “Me siento en la obligación de hablar de esto abiertamente porque es precisamente lo que el príncipe William, mi hermana Catherine y el príncipe Harry están apoyando a través de su organización benéfica de salud mental, Heads Together“, señaló.
“Ellos están convencidos de que solo podemos abordar el estigma asociado a esta enfermedad mental si tenemos el valor de cambiar la conversación nacional, de eliminar sus asociaciones negativas. Así que no sería honesto suprimir mi historia. Quiero hablar, y ellos son mi motivación para hacerlo“, agregó.
Cabe señalar que el empresario buscó ayuda en 2016, y tras varias investigaciones descubrió que tenía un ritmo cardíaco irregular, sin embargo, no fue hasta fines de 2017 que fue diagnosticado con depresión.
En esta etapa, James comentó que se alejó completamente de su familia y amigos y vivió a solas esta enfermedad. “Puede que se pregunten por qué no confié en ellos, pero es más difícil hablar con los que están más cerca de ti. Era imposible que mis seres queridos supieran sobre la tortura que vivía en mi mente. Igualmente, cualquier cosa que me hubieran dicho la hubiese ignorado“, confesó, agregando que rechazó consejos e incluso dejó de contestar llamadas y mensajes.
Finalmente, el hombre fanático de los perros dejó una breve reflexión orientada a desestigmatizar la depresión: “Si pudiera dejarte con un solo pensamiento, sería este: ‘Está bien no estar bien’“.
