¿Recuerdan el famoso vestido que era blanco y dorado?… ¿o azul y negro?, en fin. Ahora los colores y las formas vuelven a confundirnos y hacer que nuestras mentes exploten.

Es que existen muchos factores que inciden en estas ilusiones ópticas y que en esta oportunidad viene de la mano de tonos cálidos.

Todo se trata de dos calaveras, las que guardan un verdadero misterio, ya que provocan que nuestro cerebro detecte colores que en realidad no existen en la imagen y solo lo hace por asociación.

La de la derecha está hecha con líneas rojas y amarillas que se intercalan, en contraparte, la otra mantiene las líneas rojas, pero ahora acompañadas de franjas azules.

Ahora bien, cuando se observan las dos imágenes, parece que nuestro cerebro mezcla los colores de forma artificial y se pueden ver por un lado el naranjo y, por otro, el morado.

Este juego de percepción de tonos, se atribuye a la denominada ilusión Munker-White, la que explica que las líneas de un mismo color nos parezcan de tonalidades diferentes, pues al cerebro tiende a diluir los bordes de las formas que se repiten.