La vida nos pone constantemente pruebas y adversidades que pueden hacernos decaer, instante en que debemos saber sobreponernos y “resucitar como el ave Fénix”… pero ¿de dónde viene este dicho?

El psiquiatra suizo Carl Gustav Jung, explicó en su libro Símbolos de transformación, que las personas y este animal tienen mucho en común, debido a que esta criatura lograba elevarse majestuosamente desde las cenizas de su propia destrucción, simbolizando el poder de la resiliencia de los algunos seres humanos.

“Se decía de él que sus lágrimas eran curativas, que tenía una gran resistencia física, control sobre el fuego y una sabiduría infinita”, detalló Jung.

Pero no solo en la cultura occidental el Fénix tiene gran simbolismo respecto a cómo enfrentamos el mundo. Según detalla el portal de psicología La mente es maravillosa, en China también se les atribuye otros dones: “Feng Huang (como se le llama en dicha cultura) simboliza no solo la más alta virtud, el poder o la prosperidad, sino que, además, también representa el yin y el yang, esa dualidad que conforma todo lo existente en el universo”.

La imagen que tenemos actualmente sobre el ave Fénix se originó en el antiguo Egipto, donde se le relacionó con la resiliencia.

El poeta romano Ovidio, explicaba en sus textos que en dicha cultura esta ave moría y nacía nuevamente cada 500 años con el fin de adquirir mayor sabiduría, facultades que los egipcios se la atribuyeron a la majestuosa garza Bennu. “Un ave asociada a las crecidas del Nilo, al Sol y a la muerte, y que había nacido bajo el árbol del bien y del mal”, detallan en el portal especializado.

Ave fenix egipto / Pinterest
Ave fenix egipto / Pinterest

La resiliencia

El neuropsiquiatra y fundador de la logoterapia (una técnica de psicoterapia) Viktor Frankl, explicó en algunos de sus libros, que la reacción posterior a un hecho terrible depende de cada individuo.

“Una experiencia traumática siempre es negativa, sin embargo, lo que suceda a partir de ella depende de cada persona. En nuestra mano está alzarnos de nuevo, cobrar vida una vez más a partir de nuestras cenizas en un triunfo sin igual o, por el contrario, limitarnos a vegetar, a derrumbarnos“, detalló este sobreviviente a la tortura de los campos de concentración.

A pesar de que es una capacidad que todos debemos tener, no todos pueden llamarse resilientes, ya que las personas que lo son tienen ciertas características que los convierten en verdaderos “deportistas de élite en esta disciplina”, según se describe en el portal Psicología y mente.

Ave fénix / PsicoActiva
Ave fénix / PsicoActiva

Continuamente sortean ola tras ola, sin tiempo para disfrutar la calma, simplemente se ocupan de solventar todo lo que llega sin prestar atención a nada y al menos mientras dura esa etapa tan ajetreada no sienten demasiado el malestar, que sin embargo notan después como una resaca física y emocional, proporcional a la vorágine en la que ha estado inmersa”, detalla el sitio.

De hecho, las personas que tienen esta capacidad suelen ver siempre el lado positivo de todo, y no como escudo, sino más bien como una forma de aprendizaje y adquirir mayor sabiduría… como el ave Fénix.

Aunque hay quienes tienen este “don” por naturaleza, todos podemos trabajar para lograrlo con las siguientes recomendaciones:

– Identificar qué estás experimentando a nivel emocional
– Distinguir las somatizaciones que reflejan lo que sientes en tu cuerpo
– Preguntarte qué harías en ese momento si no te sintieses así y tratar de llevarlo a cabo
– Cargar de sentido cada acción que lleves a cabo
– Actuar para mejorar tu vida a largo plazo y no para eliminar el malestar que sientes
– Observar tu patrón de respuesta automático
– Crear una lista alternativa de diferentes estrategias para afrontar el malestar
– Decidir cuáles de ellas sirven para eliminar malestar y cuáles son para construir una vida que compensa
– Comenzar a elegir de una manera consciente cada decisión que habitualmente se toma de manera impulsiva
– Permitirse equivocarse, aceptar el malestar es el mayor aprendizaje y aumenta la tolerancia convirtiéndonos en personas más libres