Existen relaciones que suelen ser complejas, una de ellas el matrimonio, compromiso que adquieren las parejas cuando se sienten completamente seguros del amor, pero lamentablemente estos no siempre llegan a buen puerto.

Es ahí cuando viene la parte difícil, pues en ocasiones las parejas terminan divorciándose y no en buenos términos.

Es quizás por lo mismo que entre los jóvenes existe cierto rechazo a dar este paso, sin embargo, una encuesta realizada en Estados Unidos por la cadena USA arrojó una particular visión que tienen los millennials ante este tipo de compromisos.

En la oportunidad, plantearon una peculiar manera de comprometerse: matrimonios beta.

Pero ¿de qué se trata? de acuerdo a lo consignado por El País consiste en entablar un matrimonio por determinado tiempo, el que puede ser renegociado, de ese modo se evitaría la burocracia de una separación, dado que este modelo de contrato de pareja permitiría una prueba de 2 años, tras los cuales la unión puede ser disuelta.

Ante esto la psicóloga Jara Pérez aseguró que “no creo que los matrimonios de prueba estén exentos de compromiso. Se trata de poder renegociar las condiciones, de poder revisar los límites de la relación con cierta asiduidad”, según plasmó el citado medio.

“Hoy en día, hay tantos tipos de relaciones como parejas; hemos ido abandonando el modelo rígido de matrimonio para dar paso a un nuevo tipo de vínculos afectivos sexuales en los que cabe todo aquello que los miembros consideren conveniente. En ese sentido, los matrimonios de prueba sí son un signo de nuestra generación, y de la evolución de las formas de vinculación“, añadió la especialista.

Por su parte Vicki Larson, autora de El nuevo sí quiero: redefiniendo el matrimonio para escépticos, realistas y rebeldes, planteó las ventajas que este tipo de unión podría acarrear.

“El mero hecho de que haya una fecha de caducidad para la relación haría que las parejas tuvieran que plantearse los posibles escenarios de ruptura cuando están en buenos términos, en lugar de cuando se están tirando los trastos a la cabeza”, comentó.

A lo anterior sumó que de este modo el proceso sería mucho más ‘amable’. “Se hablaría con antelación, e incluso se firmaría por adelantado, la forma en la que se dividirían los bienes de la pareja en caso de no querer extender el contrato de una manera mucho más cariñosa y justa que la que tiene lugar cuando los cónyuges se enfrentan a una ruptura inesperada”, manifestó.

Pero aunque esta idea resulte, para algunos, descabellada ya han habido países como México y Alemania, donde se planteó, también como una manera de evitar cargas de trabajo por juicios de divorcios, pero no prosperó.

¿Y a ti? ¿Te parece una buena alternativa esta idea?