Mantener una vida sana ligada al deporte es lo ideal para mantener el cuerpo en forma, sin embrargo, algunos llevan este hábito al extremo.
Es el caso de un joven ruso de 21 años, Kirill Tereshin, quien es fisicoculturista y ha llevado muy lejos esta pasión, incluso poniendo en riesgo su vida.
También puedes leer
Los músculos se han vuelto una obsesión para Kirill, quien ha apostado a prácticas antideportivas y muy peligrosas para conseguir desarrollar su masa muscular, lo que presume a través de redes sociales, donde ha recibido críticas dado lo desproporcionado de sus brazos.
Tereshin reconoció utilizar un compuesto aceitoso, que inyecta en sus brazos para conseguir los gigantes músculos que le han valido el apodo de ‘Popeye’.
Se trata del Synthol, que de acuerdo al portal Fitness to shine es un “aceite que está compuesto principalmente de ácidos grasos y en menor medida de alcohol benzílico y lidocaína”.
“Este ácido fue desarrollado por Chris Clark en los años 80 con la intención de que los culturistas pudieran arreglar sus defectos musculares en búsqueda de la simetría perfecta. Principalmente se usa en los brazos, cuando estos se niegan a crecer, y en los gemelos. El Synthol permite que el músculo se expanda y en consecuencia, aumenta su volumen“, señala el portal.
El joven, además realiza arduas jornadas en el gimnasio para cumplir con su propósito: romper todos los récords en el mundo del fisicoculturismo.
Sobre esta peligrosa obsesión, Kirill aseguró que “para alcanzar un gran tamaño, necesitas inyectarte litros (de Synthol) en los brazos”, según consignó BioBioChile en base a información de The Sun.
Finalmente, el deportista comentó los principales problemas que ha tenido que enfrentar tras inyectar este ácido en su cuerpo.
“Cuando lo estaba haciendo, tuve una fiebre, cerca de 40 grados, estaba tirado en la cama, sintiendo que me moría, pero entonces todo mejoró”, señaló.
Cabe mencionar que el uso de Synthol puede provocar trombosis, quistes y parálisis de las fibras musculares, en casos más complejos puede provocar un paro cardíaco si se inyecta mal la sustancia, pues puede entrar directamente a la circulación sanguínea, según consignó el medio español El Mundo.
A continuación puedes revisar más imágenes de Kirill.
