La alpinista Marta ‘Paty’ Altamirano murió en el Cerro Mercedario, en San Juan, Argentina, en marzo de 1981.

Tenía 20 años y ascendía con su hermana Corina y su novio, cuando sufrió gravísimas heridas que le costaron la vida.

Su hermana y el novio pudieron llegar hasta el lugar donde se encontraba Marta, solo para comprobar que ya había fallecido.

Bajaron del cerro y cuando se organizó el operativo para recuperar el cuerpo, la nieve había cubierto nuevamente la zona y no fue posible hallarlo.

Pasaron 42 años, y el último martes 24 de enero un grupo de turistas vio un cadáver adherido a la pared de un glaciar situado a 5.000 metros de altura en el mismo cerro Mercedario, cerca de la localidad de Calingasta.

Finalmente, los resultados de los primeros exámenes permiten señalar que serían los restos de Altamirano, que permanecieron en esa tumba de hielo más de cuatro décadas.

Se esperan ahora los resultados de la prueba de ADN de su padre, para determinar con rigor su identidad.

Una vez notificadas las autoridades del hallazgo, la Policía provincial y la Gendarmería Nacional concurrieron al lugar y rompieron el hielo para extraer el cadáver, que fue trasladado en helicóptero el sábado pasado.

Debido al desprendimiento de uno de los pies, los expertos consideran que la víctima habría fallecido mientras intentaba ascender por la pendiente más pronunciada y peligrosa de la montaña. La autopsia determinó que la muerte se produjo a raíz de politraumatismos.

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La fatal expedición de la alpinista en Argentina

La expedición comenzó el 23 de marzo de 1981 desde Barreal y pararon en el paraje Hornadillas, localizado en el destacamento Álvarez Condarco de Gendarmería Nacional.

Al día siguiente, se establecieron al pie de un glaciar de 4.300 metros de altura, según pone de manifiesto el informe que elaboró entonces el Club Andino de Tucumán.

Tres días más tarde, el 27 de marzo de 1981, comenzaron el acenso a la montaña. Hacia las 19 levantaron campamento sobre el hielo para pasar la noche.

De acuerdo con el testimonio de Bossini y Corina, Paty se separó de ellos y salió a recorrer la zona para hacer un reconocimiento. Fue entonces cuando ocurrió el accidente fatal: “No hizo pie y se deslizó cientos de metros abajo”, narraron.

Ambos descendieron para iniciar la búsqueda de Paty, pero la oscuridad no permitió desarrollar la tarea, por lo que decidieron continuar a la mañana siguiente.

Cuando lograron dar con la víctima, ya estaba muerta. El clima y la peligrosidad del terreno obligaron a los sobrevivientes a dejarla en el lugar mientras regresaban para pedir ayuda.

El 29 de marzo llegaron a uno de los puestos de Gendarmería y comunicaron lo sucedido. Si bien guiaron a un grupo de rescatistas hasta el lugar del accidente, el cadáver había desaparecido, sepultado entre la nieve.

En marzo se cumplirán 43 años de la tragedia y Corina contó al diario La Gaceta cómo revive la historia cada vez que se acerca la fecha.

“Estamos conmocionados y movidos. Es como que tú tenías el recuerdo en una cajita lacrada, hace 40 años, y de repente revives todo de una forma muy extraña. Es volver a ver fotos, a buscar datos, a corroborar cómo estaba vestida”, expuso la hermana de la alpinista argentina tras el reciente hallazgo.

“No hay dudas de que es ella. Estoy absolutamente seguro. No hay otro desaparecido, mucho menos una mujer. Todo coincide”, observó Jorge Prieto en diálogo con El Tiempo de San Juan. Se trata de un médico sanjuanino radicado actualmente en Córdoba y que participó en el operativo de búsqueda en 1982.