A pocas horas de realizarse el funeral solemne de Benedicto XVI, se reveló que el papa emérito quedó muy dolido con una decisión del Papa Francisco.

Su secretario privado, el arzobispo alemán Georg Gänswein, reveló que a Joseph Ratzinger no le gustó para nada que se limitara al máximo el uso de la misa en latín.

“Lo golpeó muy duramente, pienso que rompió el corazón del papa Benedicto”, señaló Gänswein en diálogo con el diario católico alemán Die Tagespost.

¿Qué decisión afectó al papa emérito Benedicto XVI?

Esto en referencia al motu proprio ‘Traditionis Custodis’, con el objetivo de “promover la concordia y la unidad de la Iglesia”, decisión tomada el 16 de julio de 2021.

A partir de aquel momento, el papa Francisco anuló el motu proprio ‘Summorum Pontificum’, a través del cual su predecesor, Joseph Ratzinger, había rehabilitado la misa en latín, rito seguido por San Pío V luego del Concilio de Trento.

En este sentido, el papa Benedicto XVI afirmó que era posible de “forma extraordinaria” celebrar la misa tridentina en latín, sin solicitarle permiso al obispo.

De esta manera, buscó reconciliarse con los sectores tradicionalistas y acercarse a los ultraortodoxos seguidores del fallecido obispo francés, Marcel Lefebvre, quien rompió con Roma por el mismo motivo.

Sin embargo, 13 años después, llegó el papa Francisco y decidió dar marcha atrás con la decisión de su predecesor.

Así, después de hacer una consulta “capilar” con obispos de todo el mundo, estableció mediante “Traditionis Custodis” que hay una única forma de “lex orandi” del rito romano y decretó que quien quiera celebrar la misa en latín deberá contar con la autorización del obispo del lugar.

A su vez, con base en la decisión del Sumo Pontífice, el obispo también deberá controlar que los grupos que toman este antiguo rito “no excluyan la validez de la legitimidad de la reforma litúrgica, de los dictados del Vaticano II y del Magisterio de los Sumos Pontífices” e indicar donde puede celebrarse dicha misa, ya que no puede ser realizada en una iglesia parroquial.

“La intención de Benedicto había sido la de ayudar a quienes simplemente habían encontrado una casa en la misa antigua a encontrar una paz interior, encontrar una paz litúrgica y también, de alejarlos de Lefebvre”, explicó el secretario privado de Benedicto XVI sobre la decisión anulada del papa emérito.

Asimismo, cuestionó: “Si se piensa por cuántos siglos la misa antigua ha sido fuente de vida espiritual y alimento para tantos santos, es imposible imaginar que ya no tenga más nada para ofrecer. Y no nos olvidemos de todos esos jóvenes que nacieron después del Concilio Vaticano II y que no saben nada de los dramas que lo rodearon. Quitar este tesoro a la gente, ¿por qué?”.

“No creo que pueda decir que me siento cómodo con esto”, concluyó.