El papa Francisco alertó de que la pornografía online, y no solo la criminal, es “un vicio” que tiene mucha gente, incluidos “curas y monjas”. Sus palabras se dieron durante un encuentro que mantuvo el lunes con los seminaristas de Roma que se preparan al sacerdocio.
“Es un vicio que tiene tanta gente, tantos laicos, y también sacerdotes y monjas. El diablo entra por ahí. Y no estoy hablando pornografía criminal como el abuso de menores, donde se ven casos en vivo de abuso: eso ya es una degeneración, sino de la pornografía un poco normal”, comentó a los futuros sacerdotes.
“Queridos hermanos, tened cuidado con eso”, añadió.
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El pontífice argentino también les dijo que “el corazón puro, el que recibe a Jesús cada día, no puede recibir esta pornografía” y que si tienen porno en su teléfono móvil, lo eliminen para que “no tengan la tentación a mano”.
“Y si no puedes borrarlo, defiéndete bien para no entrar en esto. Te digo que debilita el alma“, agregó el papa, quien pidió disculpas por entrar en “tanto detalle de la pornografía”, pero que es una “realidad que toca sacerdotes, seminaristas, monjas, almas consagradas, y esto es importante”.
Las recomendaciones del papa Francisco
Además, el papa animó a acariciar a los niños y enfermos, a pesar de que les pueden acusar de pederastia.
“Acariciad a los niños… Alguno te puede acusar de ser un pederasta, pero no, no, quítate de la cabeza esta posible acusación”, dijo Francisco, y añadió que también “los ancianos necesitan caricias”.
Por otro lado, Jorge Bergoglio advirtió a los seminaristas del peligro del “arribismo” porque, dijo, “un arribista es un traidor, no es un sirviente”.
Y respondiendo a un sacerdote ucraniano, aseguró que “la Iglesia, como una madre, sufre ante las guerras porque las guerras son la destrucción de los niños”.
“Tú sufres tanto, tu pueblo, lo sé, estoy cerca. Pero oren por los agresores, porque son más víctimas como ustedes. No veis las heridas que tienen en el alma, pero orad, orad para que el Señor los convierta y quiera que venga la paz“, dijo Francisco al religioso ucraniano.
