Dos nuevas investigaciones revelaron finalmente cuál podría ser el verdadero origen de la misteriosa hepatitis que genera cuadros agudos en la población infantil. Hasta ahora, ha afectado a niños en Europa, América (norte, centro y sur), Asia y Medio Oriente.

Así, la causa estaría relacionada con una mezcla entre el adenovirus F41 y el Sars-CoV-2.

De acuerdo al primer estudio del Case Western Reserve University School of Medicine, de Estados Unidos -publicado el fin de semana pasado-, una infección no reconocida de coronavirus podría provocar misteriosos casos de hepatitis grave.

Lo anterior, debido a que los niños con COVID-19 tienen más riesgo de disfunción hepática posterior. El problema es que la mayoría de los pacientes pequeños no informan una infección previa por el virus.

La segunda investigación, en tanto -a cargo de científicos del Imperial College de Londres-, indicó que es posible que los niños afectados hayan tenido infecciones leves o asintomáticas de COVID que pasaron desapercibidas.

Además, hay que considerar que muchos de ellos son demasiado pequeños para ser vacunados contra dicha enfermedad.

Origen de la hepatitis infantil aguda

Considerando todo lo anterior, los científicos teorizan que las partículas persistentes del coronavirus en el tracto gastrointestinal preparan al sistema inmunitario para reaccionar de forma exagerada al adenovirus F41. y

Así lo consignó La Tercera, indicando que las altas cantidades de proteínas inflamatorias finalmente dañan el hígado de manera acelerada en los pacientes más pequeños.

“Sugerimos que los niños con hepatitis aguda sean investigados por la persistencia del Sars-CoV-2 en las heces”, y por otras señales de que el daño hepático está en desarrollo.

La proteína spike del coronavirus es un “superantígeno” que sobresensibiliza el sistema inmunológico, explicaron los científicos. Es ahí donde se puede dar atajo a tiempo para un mejor tratamiento.