Un crudo caso conmocionó a Italia hace algunos años, luego de que una mujer fuera secuestrada por su propia familia.

Se trata de María Monaco, quien fue encerrada por casi 18 años en una habitación de la casa familiar, en castigo por haber tenido un hijo fuera del matrimonio.

La mujer dio a luz en 1990, tras lo cual su madre y sus dos hermanos la condenaron a vivir aislada del mundo exterior, debido al “pecado” que manchó el honor de la familia, consignó The New York Times.

Liberación

Fue una llamada anónima lo que alertó a la policía de la localidad de Santa Maria Capua Vetere, en la región de Campania, que logró liberar a la mujer en 2008, cuando tenía 47 años.

Según los reportes policiales, se encontraba en condiciones higiénicas muy precarias y con problemas psiquiátricos, siendo ingresada al hospital de Nápoles.

“Apenas podía caminar y en lugar de hablar emitía una especie de gemido”, dijo Carmine Rosciano, capitana de la policía militar que supervisó la operación, informó Daily Mail.

Captura
Captura

Asimismo, informaron que se desconoce quién es el padre de aquel hijo, lo que se transformó en un motivo más para que sus familiares decidieran someterla a ese castigo.

Medios locales aseguraron que el hijo tenía 17 años cuando la mujer fue liberada, estudió en un instituto de la zona y fue encontrado en la casa de un pariente.

Tras lo ocurrido, la madre de la mujer quedó con arresto domiciliario, mientras que sus hermanos ingresaron a prisión acusados de secuestro y maltrato familiar.

Captura
Captura

Casos similares

El caso inmediatamente estableció paralelos en los medios de comunicación con el secuestro de Natascha Kampusch, la colegiala austríaca que pasó ocho años en un sótano antes de escapar de su captor en agosto de 2006.

Y lo ocurrido con la también austriaca Elisabeth Fritzl, que estuvo encerrada durante 24 años, teniendo siete hijos de su propio padre.

Cabe señalar que el caso de Monaco, al igual que los dos anteriores, está dentro de los secuestros más recordados a nivel mundial, tanto por las razones que llevaron a cometerlo como también por la extensión del cautiverio.