Esta historia se remonta a 1820, cuando un inmigrante francés llegó a Kentucky, Estados Unidos, y se instaló en las cercanías del arroyo Troublesome Creek.

Allí, Martin Fugate se casó con Elisabeth Smith, una joven de la zona de apariencia pálida y pelirroja. Ambos poseían un gen recesivo que llevó a que cuatro de sus siete hijos nacieran con la piel azul, informó All That’s Interesting.

La familia nunca buscó una explicación médica para esta extraña condición y se dedicaron a vivir normalmente, ya que ni ellos ni los niños tuvieron problemas de salud.

Captura | Troublesome Creek, el lugar donde se asentaron los Fugate
Captura | Troublesome Creek, el lugar donde se asentaron los Fugate

Sin embargo, las miradas de los vecinos, inquietos por la gente de piel azul que caminaba por la zona, hicieron que estos decidieran aislarse y no tuvieran contacto alguno con otras personas.

Como resultado, muchos de los Fugate comenzaron a casarse y a tener hijos dentro de su propia línea de sangre, provocando esta alteración genética denominada metahemoglobinemia.

De acuerdo al Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, se trata de una afección por la que hay una cantidad más alta de lo normal de metahemoglobina en la sangre, una forma de hemoglobina que no puede transportar oxígeno, de manera que no llega suficiente a los tejidos.

Quedó al descubierto

La historia de esta familia se dio a conocer en 1958, cuando un hombre llamado Luke Comb acudió al Hospital Universitario de Kentucky para pedir ayuda.

Su mujer embarazada estaba por dar a luz, sin embargó, él se robó toda la atención por el color de su piel.

El personal hizo caso al pedido de Comb, pero luego decidieron realizarle un chequeo completo, ya que el aspecto que presentaba no era para nada normal, pese a que aseguraba sentirse en perfectas condiciones.

Los análisis de sangre permitieron dar con el origen de todo, confirmando una anomalía: el hombre azul padecía una enfermedad hereditaria llamada metahemoglobinemia.

Y es que Comb era uno de los tantos descendiente de la familia formada por Martín Fugate.

El último “azul”

La última persona nacida con la piel azul fue Benjamin Stacy en 1975, consignó ABC News. Sin embargo, se sometió a un tratamiento con azul de metileno, que le permitió recuperar el color normal de su piel.

Captura | Benjamin Stacy tras el tratamiento con azul de metileno
Captura | Benjamin Stacy tras el tratamiento con azul de metileno

Madison Cawein, un destacado hematólogo ya fallecido de la clínica médica de la Universidad de Kentucky en ese momento, ideo la cura.

Utilizando la investigación recopilada de estudios de poblaciones aisladas de esquimales de Alaska, Cawein pudo concluir que los Fugate tenían un trastorno sanguíneo hereditario poco común, que causaba niveles excesivos de metahemoglobina en la sangre.

Cabe señalar que a finales de los años 50 se comprobó que más de un centenar de personas descendientes de la familia Fugate tenían la piel de ese color, producto de la endogamia que practicaron durante más de un siglo.