Un vecino de Rosario de Lerma, Salta, Argentina, logró recuperarse luego de un grave cuadro de COVID-19, y tras despertarse del coma provocado por el virus, lo atribuyó a un milagro del beato Carlo Acutis, considerado el “beato milenial”.

Raúl Alberto Tamer se contagió de coronavirus y permaneció 33 días en coma. La familia del hombre asegura que las horas de agonía terminaron cuando la imagen de Acutis fue colocada en los pulmones del hombre para que se curen.

Las pruebas médicas, junto con el testimonio de familiares, fueron presentados en la sede del Vaticano para que el caso se estudie, dado que podría ser el segundo milagro adjudicado al joven beato contemporáneo.

El milagro

El 19 de noviembre de 2020, Tamer fue internado en el hospital Papa Francisco de la ciudad de Salta, luego de haber sido derivado de Rosario de Lerma, con un cuadro grave de coronavirus. Allí, debió ser intubado a las pocas horas, al tiempo que se le sumó una falla multiorgánica.

“El médico que atendía a mi papá del corazón nos dijo que el estado era crítico; que le quedaban pocas horas de vida lamentablemente. La ciencia ya hizo todo, que debíamos despedirnos resignados por este final”, contó Dolores Rivera, hijastra de Tamer, en diálogo con el diario local El Tribuno.

Los familiares acudieron el domingo 13 de diciembre a despedirse, y, en ese contexto, Dolores sacó una estampita de Carlo Acutis y le pidió a la médica que le pasara la imagen por los pulmones afectados.

“Le pedí que la estampita quedara en la cabecera de mi papá. Por la tarde de ese mismo día el respirador empezó a quedar en el 75%. Comenzó a mejorar de forma apresurada. Todo empezó a cambiar. Al otro día los médicos nos llamaron para decirnos que respiraba mejor y que ya no tenía fiebre.Fue de repente la mejoría, muy inesperada“, aseguró.

Para sorpresa de todos, el hombre registró una asombrosa recuperación: luego de 33 días agonizando, el 25 de diciembre despertó del coma sin complicaciones. “Fue un milagro, dijeron los médicos, era muy complicado el cuadro y de un momento a otro se mejoró y ya le podemos dar el alta”, dijo Dolores.

En la actualidad, Tamer se encuentra con su familia en la localidad del noroeste del país, sin secuelas del coronavirus, y, según trascendió, el postulante de Acutis ya llegó a la Argentina y visitará Rosario de Lerma para seguir indagando sobre este posible milagro.

Quién fue Carlo Acutis

Carlo Acutis nació en Londres, Reino Unido, el 3 de mayo de 1991 y murió en Monza, Italia, el 12 de octubre de 2006, y fue un estudiante y aficionado programador de informática. El joven se dedicó a documentar milagros eucarísticos alrededor del mundo y catalogarlos en un sitio web que creó antes de su muerte por leucemia.

“Ofrezco al Señor los sufrimientos que tendré que padecer por el Papa y por la Iglesia Católica, para no tener que estar en el Purgatorio y poder ir directo al Cielo”, les comentó Carlo a sus padres cuando enfermó.

De hecho, cuando la enfermera le preguntaba cómo se sentía, el niño respondía que “hay gente que sufre mucho más que yo”, y le pedía que no despertara a su madre, que estaba cansada “y se preocuparía más”.

En ese entonces, pidió la extremaunción y tres días después del diagnóstico, el 12 de octubre de 2006, falleció en el hospital San Gerardo de Monza, en Italia.

El proceso de beatificación fue iniciado en 2013 por el cardenal Angelo Scola, en la arquidiócesis de Milán. Posteriormente, la investigación se envió a Roma para ser estudiada por la Congregación para las Causas de los Santos, y tras el informe positivo de las distintas comisiones, en 2018 el Papa Francisco lo declaró “venerable”.

Su cuerpo fue exhumado y se encontró en un estado de incorruptibilidad cadavérica “bien integrado“. Asimismo, fue sometido a un proceso de embalsamamiento y su rostro fue reconstruido, con el fin de preservar su cuerpo.

Ahora bien, el año pasado, luego de un análisis de una comisión de médicos y la Congregación para las Causas de los Santos, el Papa Francisco aprobó un milagro atribuido a Carlo Acutis. Se trata de la curación inexplicable de un niño en Brasil, primer paso para convertirse en santo, para lo cual se necesitan dos milagros.