Debido al desconfinamiento reciente, así como la gran cantidad de personas vacunadas en Chile, muchas empresas han decidido volver al trabajo presencial, tomando las precauciones básicas para proteger a sus colaboradores del posible contagio de COVID-19 y sus diferentes cepas.

Sin embargo, y tal como ocurría incluso antes de la llegada de la pandemia, virus y bacterias han convivido desde siempre con nosotros, y más aún en lugares de alto tránsito como las oficinas.

Mucho antes que se propagara el Sars-Cov 2, otras enfermedades como las variantes del coronavirus, estreptococo, E. Colli o klebsiella, han permanecido entre nosotros, muchas veces afectando a más de una persona en su espacio laboral.

De acuerdo a análisis realizados por la empresa chilena Microbe Solutions, líder en sanitización de larga duración, es posible encontrar miles de microorganismos en los lugares de trabajo, “en espacios de alto tráfico de personas, o inclusive el transporte público”.

Por ejemplo, un mouse en un escritorio puede contener 2.700 unidades formadoras de colonias (UFC) por centímetro cuadrado, las mismas que se pueden encontrar en una manilla de asiento en un bus del transporte capitalino. Según las tablas europeas, sobre las mil unidades existe un riesgo alto de contraer estos microorganismos.

Otro dato aportado por el análisis de Microbe Solutions, es que en las manillas de un baño de oficina se han contabilizado hasta 1.000 UFC: más de diez veces los microorganismos encontrados al interior de un excusado.

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Contexto | Pixabay

Limpieza e higiene

Christian Osiadacz, gerente general de Microbe Solutions, señala que “en Chile, una gran parte de las empresas pagan por la limpieza visual, donde te fijas en ver si hay restos de papel, o marcas de la taza de café, y si no hay nada de eso, la oficina está limpia”.

“Nuestra experiencia, viendo los resultados de miles de mediciones solicitadas por nosotros a laboratorios externos, es que aún hoy hay muchas oficinas que están altamente contaminadas“, añade.

Son muchas las empresas que desinfectan las superficies cada 7, 15 y hasta 30 días, lo que es absolutamente insuficiente, dada la efectividad de los desinfectantes tradicionales. Osiadacz agrega que “es muy importante que sepamos diferenciar algo limpio de algo sanitizado. Una superficie puede estar limpia a simple vista, como una manilla o un pasamanos, pero puede tener miles o millones de microorganismos que son peligrosos para la salud”.

Lo importante es buscar productor que ayuden a sanitizar de forma más permanente las superficies, eliminando los microorganismos que ponen en peligro la salud.

Presencia y productividad en lugares limpios

Con el regreso presencial a los puestos laborales en oficinas, se abre la posibilidad de que vuelvan a existir casos positivos, no solo de coronavirus, sino también de otras enfermedades en grupos laborales.

Esto ocurre por no mantener una higiene adecuada, la que es capaz de cortar las cadenas de contagios entre trabajadores, reduciendo así el ausentismo por enfermedades virales o resfríos, por ejempo.

En cuanto a la productividad, según una encuesta realizada por HLW International LLP (Buildings, 1999), se determinó está altamente influenciada por la limpieza de la oficina en la que trabajan. El estudio señaló que la limpieza tiene un valor muy real y medible, reportando un aumento en la productividad del 5% en una oficina de 100 personas.

Asimismo, una encuesta realizada en 2008 por Mercer/Marsh (Kronos Consulting & Mercer, LLC., 2008) identificó los costos ocultos del ausentismo, y cómo la interrupción de la operación afecta la productividad: los encuestados informaron que las ausencias imprevistas provocaron una reducción del 54% en la productividad/rendimiento y un 39% de disminución en las ventas/servicio al cliente.

“La pandemia ha mostrado que se deben plantear nuevos parámetros cuando hablamos de sanitización. Las soluciones disponibles hasta ahora ofrecen limpieza y desinfección profunda, pero que dura lo mismo que demora el producto en evaporarse. El desafío para las empresas de servicios y organizaciones es brindar a sus trabajadores y usuarios protección efectiva, pero a la vez duradera“, señala Osiadacz.

“Es ahí donde las opciones biotecnológicas se muestran infinitamente superiores. Es muy importante que como país elevemos nuestros estándares de sanitización, sobre todo porque eventualmente van a volver a abrirse negocios, cines y teatros, restaurantes, la economía en general, y las enseñanzas de esta pandemia nos van a exigir elevar la vara a todos hacia nuevos estándares básicos en términos de higiene“, concluye.