Sabe que no le queda mucho tiempo con vida, pero la última causa por la que está peleando es poder morir con dignidad. Así se lo contó Cecilia Heyder la mañana de este lunes a Amaro Gómez-Pablos, con quien conversó para el matinal Bienvenidos.

La semana pasada se dio a conocer que en España fue aprobada la ley de eutanasia, convirtiéndose en el quinto país del mundo que regula el tema de la muerte asistida. En ese contexto, en Chile ya se han presentado varias peticiones para legislar al respecto, y el diputado Vlado Mirosevic busca desde hace tiempo darle urgencia a ese debate.

Estudios y diagnósticos que le han hecho diversos especialistas determinaron que Cecilia Heyder está “en sus cabales” y capacitada para tomar esta decisión: lo que ella quiere es una eutanasia pasiva.

“Esto se debe a que no quiero seguir sufriendo. La ciencia médica me desahució. Los médicos ya no saben qué hacer conmigo. Tengo muchas enfermedades”, explicó la mujer de 54 años.

Captura | Canal 13
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No hay solución

“A parte de los dolores, mi enfermedad se manifiesta con impotencia y rabia. Yo no lo quería tratar, y ahora que decidí tratarlo, me cambian todas las reglas del juego diciéndome que no hay morfina en el hospital para un catéter subcutáneo. Esto porque el presupuesto del hospital disminuyó en un 50%”, explicó con impotencia en el matinal de Canal 13.

La solución “parche” que le ofrecen a Cecilia es otro tipo de analgésico fuerte que a ella le asusta, y por eso se niega a usarlo.

Tras la última reunión del consejo médico que la atiende, la que se realizó en diciembre del año pasado, dijeron que solamente podían enviarla a casa, sin ponerle catéter ni transfusiones. “Lo único que me pueden dar de paliativo es morfina, pero tampoco me mandan con algo que me pueda servir para una calidad de vida que me sirva”, se quejó Heyder en la entrevista.

Y es que ella hace hemorragias digestivas, sangra de nariz entre 20 minutos y hasta 3 horas, y le aparecen moretones por todo el cuerpo. Su única opción en esta instancia son transfusiones de plasma.

En cuanto a su proyección de vida, le han hablado de 8 a 10 meses, como podría ser también que muera al día siguiente.

¿Egoísmo?

Cuando el conductor de Bienvenidos le preguntó si había una cuota de egoísmo en querer partir, ella respondió un ‘no’ rotundo.

Creo que la eutanasia es un derecho a morir en paz y dignamente. ¿Por qué me tengo que morir tirada en una cama y con dolor, sabiendo que los analgésicos no funcionan?… En los derechos humanos debiera estar la muerte digna. Es cruel. Es casi una tortura estar consciente de lo que te está pasando, que te estás muriendo, y nadie hace nada”, reflexionó Cecilia.

Y es que, en el caso de los animales sí está permitido, “pero nosotros tenemos que aguantarnos”, apuntó.

En la conversación, Cecilia Heyder también hizo un llamado a varios doctores a “bajar del olimpo”, pues muchas veces incurren en un trato muy despectivo hacia el paciente.

En cuanto a la discusión del proyecto, Heyder dijo que no hay cuidados paliativos en un hospital público. “Los parlamentarios que tienen que debatir sobre esta ley deberían poner ojo primero en eso. Que pongan más plata en cuidados paliativos y en médicos especialistas para ayudar a un buen morir”, solicitó.

Captura | Canal 13
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Su familia

En otra arista de la conversación, el periodista le preguntó qué pensaba su familia respecto a esta lucha por una ley de eutanasia, y sus propios deseos de una muerte asistida.

“Me apoyan 100% en esta cruzada, porque es una puerta de entrada para los que vienen después”, respondió Cecilia.

La mujer tiene dos hijos, un hombre de 29 años y una joven de 22. Ambos están de acuerdo con su madre, pues no quieren seguir viéndola sufrir. “Belén me ha acompañado cuando he llegado inconsciente al hospital, o Francisco ha tenido que limpiar sábanas por las hemorragias que me han dado. No quiero más eso”, dijo con pesar.

“Ya les he dicho que la mamá se quiere ir, que está cansada físicamente, pero que siempre va a estar ahí… Finalmente hay que hacer lo que es correcto y lo que dicte el corazón. Eso para mí basta y sobra”, añadió.

Respecto a su último momento, Cecilia dijo que se imaginaba a sí misma escuchando música de derechos humanos, y a su padre esperándola, dos cosas que la emocionan mucho.

“Yo me encuentro con él y con todos mis hermanos que murieron combatiendo. A los que torturaron y que nunca más los vi. Eso me da paz porque me he dedicado toda la vida a buscarlos”, le confesó a Amaro en un emotivo momento.

“Estoy fantásticamente preparada para morir”, concluyó su testimonio.